Imagínense: ciudad de ocho millones de habitantes. Densidad de población de mas de seis mil quinientas personas por kilómetro cuadrado. Metros, autobuses y tranvías totalmente abarrotados en hora punta… y una amenaza constante en forma de virus.
Eso es a lo que se enfrenta Hong Kong cada año con la llegada de la temida gripe, y este ha atacado con mas fuerza. En lo que llevamos de invierno (muy suave aquí en cuanto a temperaturas se refiere) hanfallecido sesenta personas a causa del virus, alcanzando su pico más elevado en la última semana de enero con 30 muertes, y se estima que el número total de fallecidos por el brote de este año pueda superar los doscientos.
En su inmensa mayoría son personas que pertenecen a grupos de riesgo, gente de elevada edad que padece algún tipo de enfermedad crónica, pero eso no evita que la histeria se haya apoderado de la ciudad.
Cuando uno llega a Hong Kong por primera vez hay varias cosas que le llaman la atención. Una de ellas es la desmedida preocupación por la higiene. En todos los espacios públicos hay carteles que te explican como debes de hacer para lavarte bien las manos. La televisión te bombardea con anuncios del estilo, y en el metro una voz te insiste de forma machacona en que ni se te ocurra estornudar si no tienes un pañuelo. Esparcir gérmenes es un asunto de estado. Es habitual (y chocante) ver a personas, a muchas personas, caminar por la calle con mascarilla. No es por la polución, ni por su excesivo celo respecto a otras personas; los hongkoneses tienen bien aprendida la lección y tan pronto sienten algún síntoma de resfriado o gripe se la ponen para no contagiar al resto de personas con las que se cruzan.
Esto, que puede parecer una exageración, tiene su explicación. Un suceso que marcó la vida de esta generación, el SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Grave). Una epidemia que surgió en el Sur de China y que atacó de forma brutal a la población de Hong Kong en 2003.
El SARS es un tipo grave de neumonía, que en solo dos meses, demarzo a junio de 2003 mató a casi 300 personas en Hong Kong tras iniciarse en un hotel de Kowloon en donde un doctor de Cantón, sur de China, se alojó con motivo de una boda. La enfermedad, silenciada en China, había matado ya en el año anterior a decenas de personas en las provincias mas meridionales del país.
Su altísimo grado de contagio encontró en la densamente poblada Hong Kong su caldo de cultivo perfecto, llegándose a detectar casi dos mil casos en la ciudad, antes de expandirse a otras partes del mundo. Especialmente a aquellos territorios a los que los hongkoneses viajan con asiduidad, como Vietnam, Singapur o Canadá.
Desde aquel fatal suceso, el Gobierno de Hong Kong comenzó una campaña masiva de información y prevención con el firme propósito de que no se repitiese algo parecido, y cada año, con la llegada del invierno y la gripe, las medidas se vuelven a activar y una legión de obedientes enmascarados atiborran los vagones del metro.
Fuente [Abc.es]