Este jueves, Joan Collins ha recibido en el Palacio de Buckingham (Londres) la insignia de Dama Comendadora de la Orden del Imperio Británico, si bien en 1997 ya fue nombrada Oficial de la Orden del Imperio Británico. Tras el acto, la actriz ha posado con su hija, Tara Newley, que la ha acompañado en un día tan señalado. Sin embargo, ese posado ha hecho saltar las alarmas, pues Collins, treinta años mayor, parece más joven que su hija.
En la imagen, Joan Collins luce un vestido blanco a juego de una capa del mismo color, guantes de cuero negros y un tocado abultado también blanco con un tapafeas negro. Por su lado, la cantante Tara Newley,muy influenciada por el estilo de su madre, lleva un vestido color coral por debajo de la rodilla (menos atrevido que el de su madre, más corto). A ello añade una americana a cuadros ceñida con un cinturón, un tocado de las mismas dimensiones que el de su progenitora, solo que rojo y con una flor negra.
Sin entrar en si los atuendos son acertados, aunque parecen más propicios para un evento menos institucional, la clave es más genética que de estilo. Y es que Newley, que llegó al mundo tres décadas después que su madre, parece mucho más mayor que Collins, que ya tiene 81 años. Con una sonrisa enorme y una piel tersa y bronceada, con la picardía de taparse las manos con unos guantes para evitar arrugas visibles en una parte del cuerpo traicionera con los disimulos, la intérprete ha logrado congelar el presente en el pasado. La juventud y el dios griego Geras asomando en Newley, que quizá le pida matrimonio a la diosa Hebe, personificada tal vez en forma de cirugía estética. El tiempo y lo que le afecten las críticas, lo dirán.
Fuente [Abc.es]