Con un estand lleno de mariposas amarillas, con murales dedicados a su obra y las lecturas que influyeron en su formación, el Gobierno colombiano rinde un homenaje más a Gabriel García Márquez en la XXVII Feria Internacional del Libro de Bogotá.
El Ministerio de Cultura, en conjunto con la Biblioteca Nacional, dedica su estand al Premio Nobel de Literatura 1982 fallecido el pasado 17 de abril en México para celebrar su vida y su obra con una selección de los libros y autores que más influencia tuvieron en él.
«La idea es mostrar la faceta de García Márquez como lector y que la gente se pueda dar cuenta de la importancia de la lectura en su formación como escritor», dijo a Efe Sami Navarro, uno de los guías del Ministerio de Cultura en la Feria del Libro que comenzó el pasado martes y concluirá el 12 de mayo, con Perú como país invitado de honor.
La exposición incluye una selección de 148 comentarios de García Márquez en sus memorias, textos periodísticos o entrevistas que fueron escogidos entre el acervo de la Biblioteca Nacional.
García Márquez fue un lector voraz desde su infancia y la primera obra que leyó fue «Las mil y una noches», de la que encontró un ejemplar en casa de sus abuelos en Aracataca, su tierra natal.
«Leí esa noche incompletas de un libro viejo y sin pasta, una versión infantil y quedé maravillado. No hubiera sido el mismo si no encuentro esas páginas», reza un fragmento de un comentario del Nobel colombiano sobre «Las mil y una noches» que forma parte de la exposición.
Junto a esa, otras obras que tuvieron influencia en Gabo están en la muestra, como «Edipo Rey», de Sófocles; «La metamorfosis», de Franz Kafka; «Ulises», de James Joyce; «La Peste», de Albert Camus, «Pedro Páramo», de Juan Rulfo, o «La montaña mágica», Thomas Mann, entre otros.
«Su vida, de la que conocemos su escritura, estuvo llena de lecturas y de autores que dejaron una profunda marca en su manera de ver el mundo, el oficio de escribir y la literatura», según el Ministerio de Cultura.
La exposición incluye las portadas de las primeras ediciones de las obras de García Márquez y de las traducciones a diferentes idiomas, que van desde el inglés o el francés hasta el islandés o el euskera.
El estand ha reservado también un espacio para recordar los años de juventud del futuro nobel en Bogotá, a finales de la década del 40 y comienzos del 50, con el mural «Gabo, feliz y cachaco».
Cachacos suelen llamar en la costa caribe, de la que era originario el escritor, a los habitantes del interior del país, en especial los de Bogotá.
En ese mural se exhiben fotografías de la capital colombiana de mediados del siglo pasado que conoció Gabo, reproducciones de prensa, textos y frases del nobel, quien dijo alguna vez: «Tengo cinco mil anécdotas que contar de Bogotá, la ciudad donde me formé».
«Para nosotros, los aborígenes de todas las provincias, Bogotá era la capital del país y la sede del gobierno, pero sobre todo era la ciudad donde vivían los poetas», así recordaba el escritor a la gran urbe de los Andes y esa percepción está plasmada en grandes letras en la exposición que lo homenajea.
[Fuente: EFE]