En realidad, hay una sencilla explicación científica detrás de este fenómeno: se trata de una eyección de masa coronal, o CME, a partir de ondas de radiación y viento solar que se desprende del Sol en el periodo de Actividad Máxima Solar, un fenómeno que se produce cada 11 años, con tormentas que tienen efectos en la propia Tierra.
Sin ir más lejos, la semana pasada sufrimos una de las más fuertes de los últimos tiempos, hasta el punto de que una llamarada llegó a alcanzarnos, provocando incluso el apagón temporal de las comunicaciones en zonas de China, Australia y la India.