El reciente movimiento Sobaquember en el que las famosas lucen orgullosas su axilas peludas, los escaparates de American Apparel que dieron la vuelta al mundo gracias a sus maniquís con abundante vello en las ingles parecen dar la vuelta o el libro The body book en el que Cameron Diaz defiende la cantidad justa de vello como medida higiénica, parecen dar la vuelta a una moda muy extendida en nuestros días: depilarse completamente el pubis. Díaz lo tiene claro: «No olvidemos que la especie humana estaba cubierta de pelo, y aunque ahora solo lo tenemos en algunas zonas, creo que ese vello que se ha mantenido tiene un propósito». En el mismo sentido que la actriz de Algo pasa con Mary, el dermatólogo Ramón Grimalt, miembro de la AEDV (Academia Española de Dermatología) se muestra contrario a la depilación genital integral. La razón es que favorece el contagio de enfermedades de transmisión sexual.
«Desde la última moda de depilación púbica en ambos sexos, los dermatólogos asistimos impotentes a un aumento alarmante de las enfermedades de transmisión sexual entre los jóvenes. El pelo púbico tiene una función protectora contra el roce inevitable durante las relaciones sexuales. Si los dos sujetos presentan un pubis sin pelo, cualquier infección de la piel que se encuentre encima de la piel de uno de ellos pasará indefectiblemente al compañero sexual», nos cuenta Ramón Grimalt. Y un dato más: el preservativo protege de una pequeña parte de las ETS.
Si se usa de manera correcta este método anticonceptivo y se mantiene el vello sin rasurar, el riesgo de contagio es casi de cero.
¿Se puede rasurar parte del vello o recortarlo?
Lo ideal es evitar el roce directo de piel con piel, así que algún miembro de la pareja deberá tener al menos vello en la parte central del pubis. En la parte lateral del pubis no existe un riesgo tan alto de contagio y si optas por recortar en vez de depilar o rasurar, el riesgo es cero.
¿Cómo se transmiten las infecciones?
«Si la depilación es del mismo día o el anterior, la piel aún esta irritada y esto favorece la transmisión de las infecciones. Si el pelo ha sido afeitado hace dos o tres días, aquellos pelos actúan como mini cuchillas que rascarán y herirán la piel del compañero sexual con el inevitable vaivén del acto sexual», apunta Ramón Grimalt, miembro de la AEDV. El problema es que las heridas que se pueden producir en la piel púbica permiten a los microorganismos penetrar y producir una infección. Las más comunes son los condilomas (verrugas, papilomas), herpes (fiebres), emepeines (hongos, tiñas) impétigos (infecciones bacterianas estafilocócicas o estreptocócicas) o incluso la temida sífilis vuelve a ser habitual en las consultas del dermatólogo.
[Fuente: cosmohispano.com]