La atención médica en Venezuela está en decadencia

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Evelina González debía operarse de un cáncer en julio tras someterse a un tratamiento de quimioterapia, pero terminó siendo trasladada de un hospital a otro en busca de alguna sala de operación disponible. En su seno izquierdo el tumor duplicó su tamaño y ahora es perceptible bajo su ajustada camiseta de licra.

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González está en una lista de 31 pacientes con cáncer de pecho que esperan que les extirpen sus tumores en uno de los centros médicos más grandes de Venezuela, el Hospital Central de Maracay. Pero al igual que legiones de personas enfermas de todo el país, la mujer es ignorada por un sistema de cuidado de la salud que según muchos médicos se derrumba como consecuencia de años de deterioro.

Los médicos enviaron a casa a 300 pacientes de cáncer el mes pasado porque la escasez de suministros y de equipo los obligó a descartar toda intervención que no fuese de emergencia.

La crisis en el campo de la salud es impulsada por las mismas fuerzas que tienen a los venezolanos esforzándose por conseguir papel higiénico, leche y repuestos de automóviles. Varios economistas dicen que una mala administración del gobierno y los controles de divisas que fijó el finado presidente Hugo Chávez son la causa de una inflación del 50% anual. El gobierno controla los dólares necesarios para comprar suministros médicos y simplemente no hay suficientes divisas disponibles.

“Siento que he sido abandonada”, le dice González, una mujer de 37 años, a una psicóloga del hospital que trata de levantarle la moral. Su ojo derecho está hinchado por un glaucoma que se le diagnosticó hace dos años y que no fue tratado porque se complicaron las citas con el oculista.

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Banco de Sangre en Caracas

Médicos que no están aliados con el gobierno dicen que muchos pacientes comenzaron a morirse por enfermedades fáciles de tratar cuando el deterioro económico se aceleró tras el deceso de Chávez por un cáncer, en marzo. Afirman que es imposible saber cuántos han muerto y el gobierno no lleva esas estadísticas. Tampoco ha publicado estadísticas epidemiológicas desde 2010.

Casi todo lo que hace falta para curar escasea: las agujas, jeringas y parafina usados en las biopsias para diagnosticar cáncer, las drogas para tratarlo, equipo para operar, elementos usados para los rayos X y las imágenes de resonancia magnética, sangre y catalizadores para transfusiones.

El mes pasado el gobierno suspendió la donación de órganos y los trasplantes. Al menos el 70% de las máquinas de radioterapia –que necesitará González cuando su tumor sea extirpado– no funcionan en un país con 19.000 pacientes de cáncer, lo que quiere decir que menos de 5.000 personas pueden ser tratadas, indicó el doctor Douglas Natera, presidente de la Federación Médica Venezolana, la agrupación de médicos más grande del país.

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“Hace dos meses pedimos al gobierno declarar una emergencia”, dijo Natera. “No nos respondieron”.

The Associated Press trató de hablar con la ministra de Salud, Isabel Iturria, pero su oficina de prensa no respondió a solicitudes de entrevista. El presidente Nicolás Maduro anunció el miércoles su reemplazo después de seis meses en el puesto, sin que se informasen las razones del cambio.

La semana pasada la viceministra de Salud Nimeny Gutiérrez negó en la televisión estatal que el sistema de salud esté en crisis y afirmó que el país recibe regularmente suministros de Cuba, Uruguay, Colombia y Portugal y que se ha planificado “la compra de materiales médico-quirúrgicos adicionales que nos permiten estar moderadamente tranquilos hasta el fin del año”.

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El entrevistador le transmitió una pregunta de un televidente sobre los pacientes del Hospital Central que se ven obligados a comprar ellos mismos los implementos necesarios para sus tratamientos, y Gutiérrez respondió que el ministerio abastece permanentemente a ese hospital y prometió investigar.

La constitución de 1999 garantiza atención médica universal gratis a todos los venezolanos y el gobierno del presidente Nicolás Maduro asegura que se está cumpliendo esa promesa. Sin embargo, Natera afirmó que aproximadamente 90 de los 100 hospitales públicos de Venezuela que funcionan plenamente tienen apenas el 7% de los suministros que necesitan.

Unos 200 hospitales públicos que funcionaban cuando asumió Chávez fueron reemplazados mayormente por un sistema de clínicas donde no se necesita cita previa, dirigidas por médicos cubanos y que han sido elogiadas por ofrecer atención preventiva a los más necesitados, pero que no tratan enfermedades graves.

Los problemas no se limitan al sector público.

Los 400 hospitales y clínicas privadas están desbordados y necesitados de suministros, el 95% de los cuales deben ser importados, de acuerdo con el doctor Carlos Rosales, presidente de la asociación que los representa.

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El sistema privado tiene solo 8.000 de las más de 50.000 camas de hospital del país, pero atiende al 53% de los pacientes, incluidos 10 millones de empleados públicos con seguro médico. Rosales dijo que las aseguradoras, muchas de las cuales son estatales, tienen sus pagos atrasados entre cuatro y seis meses y que es casi imposible pagar los sueldos y a los proveedores.

Lo que es peor, es imposible sobrevivir con los precios que ha fijado el gobierno para procedimientos básicos, según Rosales. Por ejemplo, por un tratamiento de diálisis se deben cobrar 200 bolívares (30 dólares al cambio oficial y menos de 4 en el mercado negro), pero el costo real del tratamiento es de 5.000 bolívares.

“La crisis de la salud es una crisis económica. No es una crisis de salud”, aseguró el doctor José Luis López, que supervisa los laboratorios del Banco Municipal de Sangre de Caracas.

El doctor José Manuel Olivares, de 28 años y residente en Caracas, cuenta que le tuvo que decir a un hombre que llevó a su hijo con una fractura en un tobillo que debía destinar la mitad de su salario mensual a vendas, yeso y antibióticos.

En el Hospital Central de Maracay, que tiene 433 camas, muchas de ellas carecen de colchones, hay ventanas rotas que no son reparadas y la cafetería está cerrada desde hace un año. La pintura se cae de las paredes y quedan a la vista cañerías oxidadas. En los pasillos hay pacientes con suero acostados en camillas.

“Tenemos algunos antibióticos, pero no son necesariamente los indicados para lo que estamos tratando”,dijo la doctora Gabriela Gutiérrez, la cirujana que ve a González. Y no hay anestesia para cirugías opcionales.

Estudiantes de medicina guiaron a periodistas de AP en un recorrido por un hospital, tratando de no llamar la atención durante un recorrido para evitar alertar a partidarios del gobierno en vista de que está prohibido tomar fotos o videos en los hospitales públicos.

Una de las cinco salas para operaciones inactivas estaba llena de máquinas para suministrar anestesia, que estaban averiadas y mesitas de metal para instrumentos desvencijadas, algunas de las cuales se mantenían en pie gracias a cintas adhesivas.

Los médicos dicen que en las habitaciones hay malos olores y filtraciones de agua.

En agosto, pacientes de cáncer protestaron al cumplirse ocho meses desde que se dañaron dos máquinas de radioterapia, las cuales no han sido reparadas.

La mitad de los médicos del sistema de salud pública dejaron sus trabajos durante el gobierno de Chávez y, de ese grupo, la mitad de ellos se fueron del país, según Natera.

Ahora se está yendo también el personal de apoyo pues los sueldos no suben al ritmo de la inflación.

En el banco de sangre de Caracas, López dijo que 62 enfermeras se han ido en lo que va del año, lo mismo que la mitad del personal del laboratorio. En la actualidad, se aceptan donaciones sólo por la mañana y en los días laborables.

El último ministro de Salud que hubo antes de la llegada de Chávez, el doctor José Félix Oletta, dijo que si bien el sistema de salud pública tenía sus problemas, las 1.200 clínicas manejadas por los cubanos son un despilfarro millonario motivado por consideraciones políticas.

No dan vacunas ni hacen pruebas de papanicolau para detectar el cáncer de útero. Bajo el sistema chavista, por otro lado, hubo muchos retrocesos en la lucha contra enfermedades tropicales como la malaria, indicó Oletta. La fiebre del dengue, añadió, está proliferando nuevamente y aumentó la cantidad de mujeres que mueren al dar a luz, de 51 por cada 100.000 en 1998 a 61 por cada 100.000 en 2010.

Bajo Chávez, Venezuela comenzó a comprar la mayor parte de su equipo médico a través de Cuba, China y Argentina, y gasta bastante más que lo que gastaría comprándolo directamente al fabricante, según los detractores del actual sistema.

La directora de oncología del Ministerio de Salud, Morella Rebolledo, dijo que se está negociando con Argentina contratos de mantenimiento para las máquinas de radioterapia.

De vuelta en su casa de San Mateo, en un barrio donde hasta los perros parecen tener hambre, a 90 minutos de autobús del hospital, Evelina González se sienta afuera de su casucha de dos habitaciones, con paredes de madera contrachapada y techos de estaño, que comparte con otros cuatro familiares. Su última sesión de quimioterapia fue en junio y necesita otra sesión antes de operarse, pero las drogas necesarias no están disponibles y el cáncer se ha expandido a la axila.

González cuenta que adoraba a Chávez por sus programas contra la pobreza, siempre votó por él y solicitó continuamente beneficios del gobierno, aunque nunca recibió nada.

Tiene buenas posibilidades de sobrevivir si recibe la atención adecuada, dijo Gutiérrez.

Pero no la está recibiendo.

“Eso me duele constantemente”, dijo González. “Ya no tengo más donde recurrir”.

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[Fuente: Associated Press]

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