No es una novedad que la aspirina puede reducir el riesgo de desarrollar cáncer. Lo que sí es una novedad es el resultado de un estudio de la Universidad de Oxford que sugiere que además el ácido acetilsalicílico podría incluso detener la expansión de esta enfermedad en pacientes que ya la estén sufriendo. Vamos a pasar del “todos los días un plátano” al “todos los días una aspirina”.
El estudio ha estado dirigido por Peter Rothwell y ha sido publicado en la prestigiosa revista médica The Lancet.
Casi podríamos estar a las puertas de considerar a la aspirina como un medicamento anticancerígeno. Hace más de un año que se dio a conocer otro estudio que exponía la capacidad de la aspirina de reducir hasta en un 60% los riesgos de desarrollar un cáncer, al parecer lo conseguiría al reducir la inflamación de las plaquetas sanguíneas.
Este nuevo estudio sugiere que además de todo esto, los pacientes de cáncer que toman diariamente aspirina durante un período de unos 6,5 años ven reducida a la mitad la propensión del cáncer que padecen a expandirse que aquellos que no toman aspirina.
Evidentemente esto no es la panacea dado que se conocen los riesgos y efectos secundarios del uso habitual de la aspirina, como pueden ser las hemorragias internas, por lo que debería ser un médico quien supervisara la ingesta de este medicamento.