El 2012 fue un año de convulsiones electorales, vivimos tres procesos continuos, primero en febrero de aquel año los venezolanos escogieron sus respectivos candidatos para presidente, gobernadores y alcaldes, posterior el 7 de octubre seleccionaron en las urnas al mandatario que guiará nuestro destino por seis años más, y posteriormente en el ocaso de ese año eligieron a los gobernadores y diputados regionales, pero cuando todo el mundo pensaba que este entrante 2013 iba a ser mucho más tranquilo sólo con la consulta a la vista de nombrar a los nuevos alcaldes nos percatamos que el mismo presidente Chávez cambia el juego con el anuncio de su mal estado de salud.
Cuando veíamos que las pugnas electorales iban a cesar, sucedió lo impensable. Pareciera que en este año no sólo vamos a tener la consulta sobre los alcaldes y concejales, sino que existe la gran posibilidad de que los venezolanos acudamos nuevamente a las urnas electorales para decir quién será nuestro próximo presidente.
Los venezolanos tendrán una nueva oportunidad para manifestarse. Ayer lo hicieron de una forma, pero todo indica que esta realidad pudiese cambiar a corto plazo.
Cuando vimos los reveses electorales del 7-O y posterior 16-D muchos se sintieron alicaídos y decepcionados, muchos de los que lo dieron todo en la calle por un cambio en la realidad del país, sintieron que sus esfuerzos cayeron en un abismo, pero pareciera que por “razones sobrevenidas” ese pueblo seguirá soñando para el rescate de la nación en manos de unos tránsfugas que siguen de forma soez haciéndole mucho daños, desde las cúpulas del poder, a nuestra querida patria.
Como cristiana no le deseo nada malo a nadie, sé que allá arriba a un Dios que para abajo ve; estoy segura que los venezolanos tendrán una nueva oportunidad para guiar los destinos de la república hacia unos nuevos horizontes que le permita abrirse paso hacia la construcción de una democracia sólida y que no dependa de las malacrianzas de nadie, ni de los caprichos de enseñoreados dirigentes que hablan del pueblo, pero que hace mucho años lo dejaron de ver y de querer, si es que algún día lo quisieron.
Hoy en día el porvenir de la república se discute y se planifica desde la Habana, pero más temprano que tarde rescataremos nuestra soberanía y seremos nosotros mismos quienes decidamos que hacer con nosotros mismos, porque ningún extranjero ni gringo ni antillano puede decirnos a nosotros qué hacer con nuestros problemas, y cómo solucionar nuestras necesidades.
Seguimos soñando porque es un deber de todo ser humano, y más cuando estos sueños no son mezquinos sino que representan la paz y la tranquilidad para toda una nación. Confío que muy pronto tendemos esa Venezuela bonita que deseamos y que anhelamos con todas nuestras fuerzas. ¡Soñemos, que pronto se hará realidad!
Por: Ana Martínez