Jennifer Lawrence todavía no se recupera del escándalo que generaron las fotos hackeadas de su iCloud, en las que posaba desnuda y provocadora para su novio. En la próxima edición de «Vanity Fair», que sale a la venta en noviembre, la protagonista de «Los juegos del hambre» rompe el silencio y habla por primera vez sobre el traumático incidente.
«Estaba muy asustada. No sabía cómo iba a afectar a mi carrera», confiesa Lawrence en un reportaje en el que, paradójicamente, posa ligera de ropa frente a la cámara del famoso fotógrafo Patrick Demarchelier. La actriz de 24 años no había hablado del llamado «Celebgate» hasta ahora: «El hecho de que yo sea una figura pública y una actriz no quiere decir que haya pedido que me pase esto. Es mi cuerpo, y tendría que ser mi decisión, y el hecho de que no haya sido mi decisión es absolutamente repugnante».
Jennifer Lawrence, portada de «Vanity Fair» del mes de noviembre
La ganadora de un Oscar, que acaba de iniciar una bonita amistad con el líder de Coldplay, revela que incluso intentó escribir un comunicado cuando las fotos se filtraron pero no pudo: «Todo lo que traté de escribir me hacía llorar o enojarme. Empecé a escribir una disculpa, pero no tengo nada por lo que pedir perdón. Estuve en una hermosa, sana y gran relación durante cuatro años. Era una relación a distancia, y la opción es que tu novio mire porno o que te mire a ti».
Un delito sexual
La actriz ahora pide que todo el peso de la ley caiga sobre quienes se han lucrado con sus imágenes. Sus fotografías íntimas fueron difundidas inicialmente por las webs 4Chan y Reddit. Además, la abogada de famosos Martin Singer -que representa a una docena de actrices, deportistas y modelos afectadas por el escándalo- ha amenazado con demandar al buscador Google por no haber hecho todo lo posible por eliminar las imágenes e incluso lucrarse de ello.
«La ley debe cambiar y nosotros tenemos que cambiar. Por eso esas webs son responsables», asegura la actriz. «Esto no es un escándalo, es un delito sexual», recriminó, y agregó que «es una violación sexual y es repugnante».
Fuente [Abc.es]