Poco le duró el descanso a Miss Venezuela 2011, Irene Esser, después de haber logrado la banda como segunda finalista en el certamen Miss Universo realizado el 19 de diciembre en la ciudad estadounidense de Las Vegas.
Al día siguiente del concurso, la reina regresó a Venezuela y ni siquiera puso un pie en Caracas, ya que decidió continuar su viaje directo a Paria (Suc), con el propósito de reunirse con su familia para compartir las celebraciones navideñas.
Así logró, además, escabullirse de la polvareda que causó con su respuesta en el certamen internacional, en el que, según una buena cantidad de observadores y opinadores, perdió la corona por su contestación en spanglish que empasteló cuando quiso involucrar su afición por el surf en el mensaje.
Sin embargo, eso ya forma parte del pasado. El presente está relacionado con el hecho de que la belleza de la venezolana no pasó inadvertida para el dueño del concurso Miss Universo, el multimillonario Donald Trump, quien está muy interesado en que Irene Esser ingrese a su agencia Trump Models como maniquí.
Precisamente para atender este ofrecimiento, la beldad nacida en Puerto Ordaz, apenas terminó de digerir las 12 uvas y de brindar por la llegada del nuevo año, se dispuso a empacar sus macundales con el objetivo de viajar a Nueva York. Cosa que hizo el miércoles 2 de enero, cuando alzó vuelo hacia la ciudad de los rascacielos para finiquitar todo lo relacionado con el contrato que la incorporará a la citada agencia de modelos.
Se da por descontado que el nuevo compromiso profesional colocará a Irene Esser en algunas de las pasarelas más importantes de Estados Unidos y le permitirá ser imagen de diferentes productos, tanto para el mercado gringo como para el latinoamericano. Se desconoce cuándo será su retorno a Venezuela.