Camellos gigantes se paseaban por el Ártico hace millones de años, cuando la región era relativamente cálida y boscosa, según una teoría de paleontólogos canadienses, que afirma que este animal no proviene de África o Asia sino de América del Norte.
La evidencia más antigua de la existencia de este animal, fragmentos de hueso fosilizado, fue hallada en la isla de Ellesmere, en la provincia canadiense de Nunavut (noreste). Actualmente estéril, Ellesmere está ubicada junto a la punta noroeste de Groenlandia a unos 80° de latitud norte.
La edad de los fósiles está indicada por los sedimentos de suelo, de unos 3,5 millones de años de antigüedad, y la evidencia de la existencia de camélidos proviene de proteínas en el colágeno, la principal proteína en los huesos de mamíferos, según el estudio.
«El camello de Ellesmere es la prueba más septentrional de camello», señalan los investigadores.
«Este camello habitó el Ártico Superior durante el período cálido del Plioceno medio, cuando la zona estaba cubierta de bosques y los amplios canales del archipiélago ártico canadiense occidental estaban llenos de sedimentos», destacaron.
Las temperaturas eran entonces de unos 2° a 3° Celsius, más altas que hoy.
La zona del fiordo de Strathcona, donde se encontraron los fósiles, probablemente tenía una temperatura media durante todo el año «ligeramente por debajo de cero», y tenía un bosque de alerces, a pesar de los casi seis meses de oscuridad las 24 horas del día.
Estos hallazgos confirman afirmaciones de que el abuelo de todos los camellos no proviene del Sahara, el Golfo Pérsico o Asia, sino de América del Norte, según los autores del estudio.
Los primeros camellos migraron a Asia a través de lo que entonces era un angosto puente de tierra a lo largo del Estrecho de Bering, sugieren los investigadores.
«La familia de los camélidos (Camelidae) se originó en América del Norte durante el período Eoceno, hace unos 45 millones de años», señala el estudio.
Durante el período Mioceno, que comenzó hace 23 millones de años y culminó hace cinco millones, la familia de estos animales se diversificó.
A finales del Mioceno, predominaban dos ramas: los ancestros de los camellos actuales, que habían llegado a Eurasia, y los antecesores de las llamas y las alpacas, que habían llegado a América del Sur.
El camello más septentrional hallado hasta ahora era un fósil gigante encontrado en la cuenca Old Crow, a los 67° de latitud norte, en el territorio canadiense del Yukón (noroeste).
El estudio, dirigido por Natalia Rybczynski, del Museo Canadiense de la Naturaleza en Ottawa, fue publicado el martes en la revista Nature Communications.