Yakarta vive este jueves sumergida bajo una de las peores inundaciones de su historia que elevó el nivel del agua hasta la altura de la cintura, incluso en los alrededores de los hoteles de lujo causó hasta el momento, la muerte de dos personas y dejó sin hogar a otras 10.000.
«Yakarta está inundada», reconoció con gran perspicacia el presidente Susilo Bambang Yudhoyono, con los pantalones remangados hasta las rodillas y los pies sumergidos en el agua que inundaba el jardín de su palacio, en el centro de la ciudad.
«Espero que no haya muchas víctimas», declaró el presidente Yudhoyono.
El miércoles por la noche el balance de las inundaciones elevaba a dos el número de fallecidos, entre ellos un bebé que fue arrastrado por las aguas, y 10.000 personas que quedaron sin hogar. Este jueves los servicios de rescate no podían proporcionar un balance actualizado.
No lejos de allí, el agua rodeaba las embajadas de Francia, Alemania y Reino Unido, los hoteles de lujo y los rascacielos de cristal y acero del barrio financiero.
Desde el comienzo de la jornada miles de coches estaban bloqueados, a menudo abandonados por sus ocupantes. Valientes conductores de «ojek» (moto-taxi) intentaban empujar su ciclomotor en las aguas amarillentas de las que solo sobresalían los manillares.
En los pocos barrios que permanecen a salvo del agua, los atascos se extendían durante kilómetros, en esta capital de 20 millones de habitantes y donde la circulación en condiciones normales ya es complicada.
Toda la ciudad estaba paralizada y numerosas oficinas estaban vacías ante la ausencia de sus empleados.