A primera vista, se ven como si fueron ventanas de vidrios de colores o mosaicos de arte moderno. Sin embargo, estos patrones son fascinantes en una escala mucho más grande. Son creados por la luz solar que refleja en las terrazas de los arrozales inundados que están en las alturas en la provincia de Yunnan, China.
Las piscinas cristalinas se extienden hasta donde alcanza la vista en el montañoso condado de Yuanyang, una de las más grandes productoras de arroz.
El fotógrafo Isabell Chauvel, de 50 años, fue sorprendido por los colores del paisaje, que fue construido a mano hace más de 1.000 años.
Las terrazas se alzan unos 1.800 metros sobre el nivel del mar. “Nunca he visto un paisaje tan hermoso”, confesó.
Es realmente incríeble ver el trabajo de los hombres desde hace más de 1.000 años.
El fotógrafo Chauvel ha pasado desde el amanecer hasta la puesta del sol tomando fotos en diferentes luces.
Las personas que viven en Yuanyang, son parte del grupo de los Hani, que han cultivado los campos de arroz durante los últimos 1.300 años.
Las terrazas están excavas en las laderas empinadas de esta región montañosa entre 1.000 y 2.000 metros sobre el nivel del mar. El arroz se planta una vez al año, en abril y se cosecha en septiembre, cuando las terrazas se distribuyen a fin de prepararlos para la próxima cosecha.