Un estudio del Centro Médico de la Universidad de Duke entrenó simios para operar una mano de realidad virtual que además les otorga feedback táctil a través de implantes microondas insertos en la parte de la corteza cerebral responsable de procesar dicho estímulo nervioso.
Ese tipo de comunicación de dos vías demuestra la viabilidad de la creación de prótesis que puedan desempeñar las dos tareas: realizar comandos motores y tener sensibilidad, comenta fayerwayer.com.
El estudio desarrolló dos experimentos. En el primero, los monos utilizaron un joystick para controlar una mano virtual en una pantalla de computador en un juego donde tenían que diferenciar entre los objetos presentados. Los objetos a la vista parecían idénticos, pero tenían distintas “texturas”, según los implantes que le otorgaban la información táctil a los monos (dos con la misma textura y uno con otra). Ráidamente aprendieron a diferenciar los objetos ante el estímulo sensorial virtual.
Posteriormente, el joystick era retirado y los primates podían controlar el avatar con sus pensamientos. En esta etapa fueron menos precisos, pero lograron mejorar con práctica. Lo importante es que los monos lograron controlar el movimiento motor del brazo virtual al igual que recibir y procesar la retroalimentación táctil en el cerebro, para ejecutar la tarea.
Claramente es sólo un primer paso y hay mucho por depurar y trabajar, pero el camino lógico indica que el objetivo final podría ser cambiando la pantalla por una prótesis real que podría ser una gran ayuda (o derechamente una solución) para la gente con daños en el sistema nervioso, como la tetraplejia.