¿Se da cuenta de lo que significa para su carrera haber recogido tres Oscar en una sola noche?
No tengo una carrera, tengo una vida. La vivo disfrutándola por completo. No sé lo que pasará en el futuro, pero el presente es grandioso. Ni siquiera me doy cuenta de por qué hice la película ni por qué me arriesgué tanto. Supongo que cuando se pierde el miedo cambia todo. El miedo es algo increíble, no te permite disfrutar ciertas cosas, pero cuando lo pierdes, este es el resultado. Fue como hacer el amor.
¿Se quedó con ganas de agradecerle el Oscar a alguien?
Sí, sí, mi mente es tan pequeña que no me dejó pensar. Tendría que haber dicho que el Oscar se lo debo a mi madre, que me estaba viendo por televisión. No la mencioné y me encantaría que la mencionara porque es parte de este viaje. Me encantaría que lo sepa.
¿Al abrir el sobre de la película ganadora Sean Penn dijo:«¿Quién le dió la tarjeta de residencia a este hijo de puta?» ¿Fue un insulto o una broma ese comentario?
Me hizo mucha gracia. Con Sean Pean tengo una verdadera amistad y nos gastamos bromas. Cuando lo dirigí en «21 gramos» siempre hacía bromas así. Y yo también le gasto bromas muy pesadas. Tenemos una relación de viejos amigos. No lo encontré para nada ofensivo, me pareció muy gracioso.
O sea, que cuando pidió respeto para los inmigrantes no tuvo nada que ver con sus palabras…
No, no. Fíjese todas las nacionalidades que pasaron por la gala. No me sentí diferente a nadie. Podían ser de cualquier continente, de cualquier idioma. Me siento igual que todos. Y, como artista, como ser humano y como director de cine, no creo en estúpidas fronteras, banderas ni pasaportes. Esos son conceptos inventados por la sociedad. Desnudos, somos todos iguales. Cuando hago cine en Estados Unidos, África, España o México, hablo de los seres humanos y de las emociones. Por ahí pasa la belleza del arte. El arte no tiene esas fronteras ideológicas que arruinan tanto al mundo.
?¿Cree que el Oscar premió la idea original de filmar «Birdman» en escenas con una sola cámara y sin cortes?
?Tuvimos muchísimas discusiones por ese tema. Nunca quise impresionar a nadie. Mi intención era mostrar un punto de vista sutil. A lo mejor fracasé. Al filmar sin cortes, quería que la cámara fuera como la conciencia de Michael Keaton, que le habla todo el tiempo. Era mi forma de contar la historia, sin pensar en detalles técnicos. La intención siempre fue utilizar el rodaje como una herramienta de narración.
?Edward Norton y Michael Keaton no se llevaron el Oscar, aunque estaban nominados. ¿Detrás de su actuación hubo cierta improvisación o todo estaba escrito en el guión original?
?Honestamente, no podía haber cambios. Hubo ensayos meticulosos y a todos les encantó el guión. No tuvieron ninguna libertad, pero le agregaron el talento y el espíritu a las palabras, con todo el conocimiento que tienen.
?¿Pensó en algún momento que la película tenía posibilidades de llegar a los Oscar?
?Esta película fue un desafío. El rodaje me dio mucho miedo. Fue muy difícil. Y de eso también trata «Birdman». Como artista, hay días en que uno se siente increíblemente fantástico y dos horas después podemos sentirnos idiotas fracasados que nos cuestionamos todo. No podía saber lo que iba pasar hasta el final. Para mí, siempre fue algo especial.
?¿Fue difícil conseguir que un estudio respaldara una película tan difícil de filmar? ¿Cómo convenció a Fox Searchlight para financiar «Birdman»?
?En mi estilo mexicano, simplemente les mostré un revólver y les pregunté si querían hacerla (Risas). No, fue un largo camino donde tuve que vender la idea con el corazón. Honestamente, fue muy difícil. Y no culpo a la gente que no quiso financiar la película en un principio. Cuando escuchas la idea de la película, filmada en una sola escena, con el sonido de la batería y Michael Keaton… todo suena demasiado arriesgado. Pero Fox Searchlight tiene gente muy inteligente, nos conocemos y confían en mí.
?Ahora que tiene un Oscar en la mano, ¿cómo se sintió cuando lo perdió, siete años atrás, con «Babel»?
?Soy de los que piensan que no hay manera de perder cuando estás nominado a un Oscar. Los jóvenes están obsesionados hoy con la competencia: para sentirse bien tienen que derrotar a otro. Yo odio la competencia. Me siento afortunado con solo haber terminado una película. Eso es mucho más importante que cualquier premio o crítica.
Fuente [Abc.es]