La camisa tiene más de 14.000 piezas de oro de 22 quilates. Para su confección se necesitaron 15 artesanos y 16 días de trabajo. Con un peso de 3,3 kg, el precio de esta prenda ascendió hasta los 12,7 millones de rupias (177.000 euros). «El oro es mi pasión desde que soy pequeño. Siempre lo llevé en forma de joyas, pulseras, anillos y cadenas», dijo a la AFP este indio que vive en el distrito de Pune, en el Estado de Maharashtra (oeste). Phuge elaboró este plan el año pasado con un amigo joyero. «Nos preguntábamos: «¿Hay algo diferente que podamos hacer con el oro? ¿Qué es lo que no se ha hecho todavía?».
Este responsable de un grupo financiero solo se pone esta camisa en las grandes ocasiones y el resto del tiempo la conserva guardada bajo llave.
En un país donde la miseria es endémica y donde más del 40% de los niños de menos de cinco años sufre malnutrición, su pasión por el oro no le parece extraña.
India es el mayor consumidor de oro en el mundo (30% de la demanda). Muchos indios, especialmente en las zonas rurales donde no hay bancos, compran oro en forma de joyas o de lingotes como seguro contra la inflación.