La noticia la confirmó el propio CEO de la taiwanesa, Peter Chou, que aseguró a los medios que la compañía dejará de hacer equipos de entrada para concentrarse en categorías más altas.
“No queremos destruir la imagen de nuestra marca. Insistimos en usar mejores materiales para crear mejores productos que entreguen una experiencia premium”, aseguró Chou en una entrevista con el Wall Street Journal. Algo que se contrapone con las intenciones de la marca para generar procesadores especiales para cubrir un mercado de gama baja a precios convenientes.
HTC está intentando salir adelante tras vivir un momento de inflexión al marcar por primera vez en mucho tiempo cifras adversas en lo relacionado a ventas y resultados económicos, además de tener que lidiar con las demandas de Apple que han redundado en retenciones de sus equipos en aduanas estadounidenses.
Esto abre el campo para que otros fabricantes asiáticos puedan colonizar en propiedad la gran cantidad de mercado al que está renunciando HTC, todo para privilegiar la construcción de equipos de gama media y alta, así como de superphones, para competir directamente con Samsung y Apple por el liderato del mercado.
Esta declaración de renuncia a explorar un mercado no es la única que HTC ha hecho en el último tiempo. Anteriormente aseguraron que nunca más fabricarían un equipo con teclado QWERTY físico tras su última experiencia con el ChaChaCha.
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