La nueva unidad, que con ventas anuales de u$s65.350 millones representará alrededor de la mitad del porcentaje de los ingresos de la compañía, será encabezada por el jefe del área de computadores personales Todd Bradley, dijo la compañía en un comunicado.
Wall Street acogió la decisión con cautela y la evaluó como una que simplificará notoriamente la compleja estructura de HP.
Pero algunos analistas dijeron que aún hay que ver si la CEO, Meg, Whitman puede reavivar el crecimiento en la corporación de u$s120.000 millones que ha visto declinar el valor de sus acciones durante los dos últimos años.
La medida de HP "facilitará la toma de decisiones y mejorará la productividad", pero los problemas alrededor del crecimiento y la expansión de los márgenes tomará más tiempo, dijo el analista de UBS Um Maynard.
"Si bien creemos que puede haber sinergias, consideramos que pueden ser modestas", añadió.
La compañía está planificando unificar otras funciones, como comercialización y comunicaciones, en todo el negocio para promocionar una marca más fuerte y una eficiencia mejorada.
"Los resultados serán un HP orientado al rendimiento, más veloz, mas optimizado, enfocado hacia el cliente y dispuesto a capitalizar el rápido cambio de las tendencias de la industria", dijo Whitman en un comunicado.
HP, la mayor compañía tecnológica estadounidense por ingresos, está tratando de mantener sin pérdidas su principal negocio de computadores personales en un momento en que la competencia de los dispositivos móviles carcome sus ventas.
La compañía está tratando de transformarse en una gran empresa proveedora de computación.
HP previamente había combinado las unidades de computadores personales e impresión bajo el liderazgo de la ex presidenta ejecutiva Carly Fiorina, pero las dos unidades fueron separadas bajo el régimen de Mark Hurd, que fue alejado de la compañía en el 2010.
HP también consideró durante meses el año pasado una propuesta para vender o escindir su brazo de computadores personales, después del alejamiento de la compañía de la fabricación de tabletas ante el fracaso de su TouchPad.
Pero después que el presidente ejecutivo predecesor de Whitman, Leo Apotheker, fuera destituido en septiembre, la compañía abandonó la idea y consideró a los ordenadores personales esencial para su estrategia global.