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Los hospitales de la ciudad comienzan 2014 arrastrando las mismas deficiencias del año pasado. El programa propuesto por el Gobierno en septiembre, el Estado Mayor de Salud, incluyó solo a dos hospitales de Caracas (el Periférico de Coche y el J.M. de Los Ríos) cuando en la capital hay 15 centros de salud que dependen del Ministerio de Salud.
Hoy, tanto en el hospital de Coche como en el J.M. de los Ríos, no evidencian mejoras. Giovanni Provenza, miembro de la organización Médicos por la Salud, explica que en el área de Traumatología de Coche sigue fallando el suministro de insumos básicos como guatas, vendas, yesos, alcohol, agua oxigenada y varios tipos de suturas.
Según Provenza, desde el 15 de diciembre no ha habido dotación de insumos, «se está trabajando con lo que había en almacén». Por el abastecimiento intermitente de material médico quirúrgico si un padre llega a un hospital de Caracas con su hijo que se dobló el tobillo puede gastar hasta Bs 2 mil comprando insumos, de los cuales carece el hospital, para poderle enyesar el pie.
Problemas con los equipos también afectan la operatividad del Periférico de Coche. La máquina para esterilizar las gasas está dañada y a veces pasan días sin que puedan esterilizar. Si llega alguien con un politraumatismo encefálico no hay tomógrafo disponible, pues trajeron uno pero no ha sido instalado. El intensificador de imágenes está dañado hace un año, han ido varias empresas de mantenimiento pero ninguna ha dado respuestas.
Si llega un hipertenso al Periférico de Coche se remitirá a otro centro porque el servicio de Medicina Interna está cerrado por falta de internistas. El servicio de Pediatría, inaugurado por el presidente Maduro, funciona hasta las 4:00 p.m.
En el Hospital de Niños J.M. de Los Ríos hace tres semanas que no tienen scalp, lo que se usa para tomar la vía a los niños. También faltan copas pediátricas para procesar las muestras y reactivos para hacer las pruebas de calcio, explica María Cabrera, del Colegio de Bionalistas, y agrega que el déficit también afecta a laboratorios privados pues algunos carecen de reactivos para pruebas como la de creatinina.
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«Aunque las casas comerciales y laboratorios empiezan a funcionar esta semana es necesario iniciar los trámites con el Ministerio de Comercio y Cadivi por lo que los insumos y reactivos puedan demorar hasta 120 días en llegar».
En el servicio de Pediatría del hospital de Lídice reportan fallas de yelcos para tomarle la vía a los bebés, así como de máscaras de nebulización. La ausencia de este último insumo es grave considerando que 80% de las patologías de pediatría son de tipo respiratorias, explica Manuel Parra, de la Sociedad Médica del Lídice y jefe del servicio de Pediatría. «El abastecimiento de medicamentos e insumos es inconstante y cuando llega mandan muy poco».
En el Lídice, con apenas un residente de pediatría esta área está a punto de funcionar solo hasta el mediodía. «No tengo quien haga las guardias, hay un solo residente que se va en marzo cuando termine el posgrado y necesito 18».
A juicio de Parra, el Estado Mayor de Salud no significó mejoras para las condiciones de los hospitales entre otras cosas «porque los funcionarios que integran este programa no se han dignado a dar una vuelta por los centros de salud, al Lídice no ha venido nadie».
En el Hospital Rísquez no reportan fallas de medicamentos sino de personal. «No hay residentes de Medicina Interna por lo que no podemos atender a la mayoría de los pacientes que llegan. Los médicos no quieren trabajar por los bajos sueldos», explicó Marlene Camacho, representante sindical.
A finales de 2013 por la falta de mantenimiento de las bombas de agua se dañaron los ductos y el Rísquez estuvo sin el servicio por más de una semana. Las goteras amenazan el área de Historias
Médicas pues cuando llueve se mojan los expedientes. El hospital Vargas comenzó 2014 con las mismas deficiencias del año pasado: necesita insumos médicos, papelería y limpieza para atender a los pacientes. Por su parte, en el Miguel Pérez Carreño, personal de enfermería pidió más seguridad para este centro de salud pues en las noches no hay presencia de milicianos.
Rosa Torrealba, de la Sociedad Médica del hospital de Los Magallanes de Catia, alerta sobre la crisis del banco de sangre de este centro pues solo cuentan con una hemoterapista, lo que retrasa el procesamiento de la sangre. «Además se dañó una de las neveras donde almacenamos el plasma. Esto nos ha traído problemas para operar a los pacientes. Cuando llega un tiroteado se lleva la sangre que deberíamos usar para las otras cirugías».
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[Fuente: eluniversal.com]