“En el nombre de Alá” dicen actuar quienes, desde hace algunos años, mantienen en vilo a sociedades occidentales. Un grupo de personas llamadas a integrar una ideología dentro de la Ley Musulmana para vengar –según dicen– a todos los apóstatas que trasgreden sus pensamientos de un mundo regido por la religión, se autodenominan Estado Islámico, por su aspiración de revivir un nuevo califato árabe.
Historia y orígenes del Estado Islámico
Desde la caída del Imperio Otomano, que dio paso a la creación de Turquía, no se ha resucitado esa concepción (que muchas personas consideran sectaria) en un mundo globalizado. El llamado «Califato» se refiere a un orden político territorial controlado sólo por la «Sharia» (vocablo árabe que define la Ley Islámica), es decir, los preceptos del hombre que Alá instruyó y que su discípulo Mahoma enseñó a sus fieles en la Tierra, según las creencias de los musulmanes. Y aunque dentro de Estambul, la capital de Turquía, se hable de un califato encubierto por su sistema gobernante, y que en Marruecos también exista la idea singular del renacimiento moderno de los pasos que dio Mahoma en la Tierra; hasta ahora nadie se había atrevido a propulsar de nuevo estos movimientos, por considerarse violentos y segregacionistas.
Hasta gobiernos considerados «dictatoriales», como el de Saddam Hussein en Irak, combatían esta idea. Pero fue allí donde dio sus primeros pasos el Estado Islámico, o ISIS, en sus siglas en inglés, a partir de 1999. Hussein arremetió con fuerza contra su fundador, el jordano Abu Musab al-Zarqaui, replegando en muchas oportunidades el pensamiento ortodoxo de estos islamistas.
A pesar de que las embestidas contra al-Zarqaui y sus aliados, muchos de ellos pertenecientes a la red Al Qaeda, fueron cruentas; en muchas oportunidades éstos lograban evadir la seguridad de los Estados. El foco de estas personas estaba en Estados Unidos e Israel, por el momento. Hasta 2003 fueron desarticulados varios intentos de crear caos en aeropuertos americanos y asesinar líderes de éstos países, considerados «enemigos» para ellos.
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Tras la caída de Hussein en 2003, al-Zarqaui y sus séquitos se descontrolaron y el desafuero fue casi imparable por las fuerzas aliadas que combatían en Medio Oriente, luego de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2011 en Nueva York y Washington. El Estado Islámico iniciaba su sangriento camino junto a Al Qaeda, como una célula más, que se llamó en su momento: Yamaát al-Tawhid wal-Yihad, siendo seguidores de Ansar al Islam también, y los kurdos que peleaban al norte de Irak.
Para 2006 la guerra se teñía atroz en todo el territorio iraquí. En ese año murió al-Zarqaui, luego de luchar contra soldados norteamericanos. Su asesinato desencadenó la furia de sus seguidores quienes se replegaron y aumentaron sus milicias con creyentes suníes (ala musulmana que sólo cree en los estamentos de Mahoma, al contrario de los Chiíes que hablan de otros mentores).
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El impulso de Isis era controlado por los discursos de Osama Bin Laden, quien designa al líder de Al Qaeda para entonces, Ayyub al-Masri, al mando de estos terroristas, y éste, a su vez, pidió a Abu Hamza al-Baghdadi bajo sus instrucciones estar al frente. Los pasos de ellos fueron inestables, los enfrentamientos con las tropas de la coalición internacional apostadas por todo Irak tras la búsqueda de Bin Laden los iban debilitando, además se juntaba con el deseo de otras organizaciones suníes de aniquilarlos por considerarlos «excesivamente violentos».
Estuvieron casi al límite de ser desarticulados plenamente, al punto que en 2010 murieron Abu Hamza y al-Masri, tomando las riendas Abu Bark al-Baghdadi. Pero la rebelión dentro de Siria en 2011 les ayudó a desplazarse a ese país, para establecerse al noreste y seguir con algunas posesiones dentro de Irak. En ese nuevo territorio ocupado, ISIS se determina como un grupo insurgente y decide combatir para que sea reconocido como un «Califato» moderno, a lo que Basahr Al Assad se opone, junto a centenares de organizaciones religiosas suníes y chiíes, además de los países aliados y, en la nueva escena, Rusia.
El empeño ideológico del Estado Islámico, y las políticas de Al Assad, han complicado los hechos dentro de Siria, al punto que en la actualidad se haya convertido en una zona de guerra con muchas aristas dentro del conflicto, es decir, una lucha asimétrica que se define en un «todos contra todos», que tiene una base muy marcada por el petróleo y la estratégica área operacional para la geopolítica occidental y Rusia.
Éste conflicto ha originado los más altos índices de desplazamiento de refugiados en la zona, ocasionando un movimiento migratorio hacia Europa que se calcula ya en más de 4 millones de ciudadanos. Además la ONU estima que han muerto en los combates por gobernar territorios, unas 200 mil personas, mientras se han destruido pueblos y ciudades enteras.
Al paso, ISIS ha fortalecido su estructura, reclutando cada vez más personas fanáticas, empeñadas en «vengar» supuestas agresiones occidentales en contra de su religión, llevando su lucha mediante la actuación del terrorismo, activando atentados en naciones europeas como Francia, donde en 2015, al menos se reportaron más de 10 casos relacionados con ellos directamente, destacando lo acontecido en París la noche del 13 de noviembre, donde murieron 130 personas. Isis también ve a Estados Unidos como un objetivo claro a atacar, y ha jurado hacerlo; hasta el momento varios casos de asesinatos dentro de esa nación han sido vinculados con el Estado Islámico.
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Algunos datos
- Expertos en guerras dicen que ISIS podría estar integrado entre 30 y 50 mil soldados. A los que designan 30% por convicción, y el resto coaccionados por el grupo.
- Tienen células en varios países de Europa como: Francia, Bélgica, Italia, España e Inglaterra.
- Se le considera el grupo extremista más rico del mundo. Con una cuenta abultada que sobrepasa los 2 millones de dólares. En parte gracias a la venta ilegal de hidrocarburos extraídos de la región bajo su mando entre Siria e Irak.
- Expertos creen que dominan casi 90 mil kilómetros cuadrados entre estos países, integrando ya zonas de Jordania.
- La baja en los precios internacionales del petróleo ha golpeado fuertemente el crecimiento de ISIS, generándoles problemas de transportación y movilización de milicianos.
Redacción LeaNoticias.com