El sedentarismo nunca fue bueno y la ciencia nos dice que tampoco para las embarazadas. Según un estudio español, la mujer que practica ejercicio moderado durante su embarazo reduce el riesgo de parir por cesárea.
La investigación ha observado que hacer ejercicio moderado tres veces por semana durante el segundo y el tercer trimestre del embarazo reduce a la mitad el riesgo de tener bebés con alto peso al nacer (más de cuatro kilos) y, por lo tanto, de tener un parto por cesárea.
Los investigadores contactaron con un total de 780 mujeres españolas encintas, pertenecientes a la consulta de dos centros de salud de Leganés (Madrid), de las que, finalmente, 510 dieron su consentimiento para participar en el estudio. Todas ellas reconocieron ser sedentarias, es decir, practicaban menos de 20 minutos de ejercicio tres días a la semana.
Al grupo de intervención se le aplicó un programa de entrenamiento consistente en 55 minutos de ejercicio aeróbico, estiramiento muscular y ejercicios de flexibilidad, tres días a la semana, desde la semana 10-12 a la 38-39 del embarazo, mientras que el grupo control recibió los cuidados y recomendaciones habituales.
Los resultados demostraron que el programa no redujo la aparición de diabetes mellitus gestacional, pero sí de dos de los mayores riesgos que van asociados a ella: la macrosomía (recién nacido con un peso por encima de lo normal), que se redujo en un 58%, y el parto por cesárea, que disminuyó en un 34%.
Los resultados de este trabajo «refuerzan la necesidad de promover más intervenciones de ejercicios supervisados durante el embarazo, para combatir los efectos negativos de la diabetes mellitus gestacional», señala Jonatan Ruiz, investigador del departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad de Granada y autor principal de este estudio, junto a Rubén Barakat de la Universidad Politécnica de Madrid y Alejandro Lucía, de la Universidad Europea de Madrid.
EUROPA PRESS