Grafeno. Su nombre es un dechado de promesas. Se le conoce como el material del futuro, uno de los más delgados, flexibles y fuertes del mundo, que podría revolucionar nuestro mundo con múltiples aplicaciones en la industria de la telefonía móvil, las telecomunicaciones, la fabricación de chips o equipamiento médico. Pero es que además, este material maravilloso podría convertirse enuna armadura más dura que el acero y el kevlar, capaz de resistir un balazo como un auténtico «terminator».
Hace tiempo que el grafeno, que se caracteriza por tener una sola capa de átomos de carbono colocados en una red hexagonal, ha demostrado ser el material más fuerte del mundo, midiendo la resistencia de la hoja al ser presionado con una punta de diamante. Pero ahora, el material ha sido puesto a prueba de balas, investigación que aparece publicada en la revista Science. Un equipo de la Universidad de Massachusetts en Amherst disparó diminutas esferas de sílice en las capas de grafeno, como si se tratara de un microcampo de tiro. Las balas volaron a una velocidad de 6.700 mph, aproximadamente a un tercio de la velocidad de una bala real.
Los investigadores dispararon diminutas esferas de sílice a las capas de grafeno como en un microcampo de tiro
El resultado fue impactante. Las hojas de grafeno absorbieron el impacto dos veces mejor que el Kevlar, el material más utilizado en los chalecos antibalas, y decenas de veces mejor que el acero.
Esto abre la puerta a un nuevo uso para el grafeno. Debido a que es tan delgado, ligero y fuerte, podría ser utilizado para fabricar trajes y chalecos defensivos para las fuerzas de seguridad o el personal militar. Ahora, la clave consiste en conseguir que el grafeno se puede fabricar a gran escala sin modificar sus maravillosas características. Un buen número de compañías lo persigue.
Fabricación directa de dispositivos basados en grafeno
Un equipo internacional con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha ideado un método que permite la fabricación directa de dispositivos basados en grafeno. El nuevo procedimiento evita manipular el material, un paso que introduce defectos e impurezas que acaban mermando la calidad del dispositivo. Los resultados aparecen publicados en la revista Nature Communications.
La fabricación de dispositivos basados en grafeno se lleva a cabo mediante una manipulación del material que «debido a las dimensiones del grafeno, es costosa y complicada. Además, resulta en su contaminación con defectos e impurezas, las cuales, a su vez, ocasionan un deterioro de las propiedades que hacen a este material tan interesante», explica Eduardo R. Hernández, del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid.
El método que proponen los investigadores consiste en obtener una capa de grafeno por descomposición de etileno sobre una aleación de níquel y aluminio. Una vez obtenida la monocapa, el sistema resultante es expuesto a oxígeno, lo que provoca la oxidación selectiva de la aleación metálica, o más concretamente, del aluminio. El resultado es la formación de una capa de óxido de aluminio entre el metal y la lámina de grafeno, que aísla a esta del primero.
Fuente [Abc.es]