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En tiempos de crisis es cuando más astuto es el espíritu recaudador: el gobierno francés, encabezado por el presidente François Hollande, ha propuesto una serie de medidas para recaudar impuestos de los gigantes de internet como Facebook o Google. Dichas medidas se aplicarían a los beneficios que estas empresas ganan a partir de los datos personales que recogen de los usuarios con fines publicitarios.
La fuente pone datos más concretos en la mesa: Google, por ejemplo, ingresa dos mil millones de dólares en Francia gracias a la publicidad generada a raíz de esos datos personales de los usuarios. El supuesto impuesto francés se quedaría con un porcentaje de esos beneficios, argumentando que los datos de los usuarios de han convertido en “la materia prima” de la economía digital.
El movimiento también es una clara queja contra lo que acostumbran a hacer estas compañías tan grandes: urdir astutos estratagemas legales con los que se consiguen evadir la máxima cantidad posible de impuestos. Es por esto que muchas empresas tienen sede en países como Irlanda, donde las tasas son menores que en el resto de Europa; y por las que estados como Francia empiezan a pensar en este tipo de medidas con las que buscar compensación económica.
Fleur Pellerin, ministro de economía digital en Francia, lo resume de esta forma:
«Queremos trabajar para asegurarnos de que Europa no se convierte en un paraíso de los impuestos para un cierto número de gigantes de internet.»
Google, por otro lado, defiende que sus actividades fomentan el empleo y el crecimiento económico y que la administración pública debería verlo desde ese punto de vista y no desde el lado recaudador. La tasa podría llegar a finales de este año si llega a aprobarse, y con ella la polémica estaría servida.
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