El cambio surgió tras la presión que el Centro de la Ciencia por el Interés Público de Estados Unidos (CSPI, por sus siglas en inglés) —un grupo no lucrativo de vigilancia de nutrición y seguridad de la comida— ejerció sobre la Dirección de Medicinas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) para revisar los químicos incluidos en este ingrediente.
El CSPI solicitó a la FDA prohibir los colorantes de caramelo que son producidos con amoniaco o en un proceso de amoniaco y sulfito y que contienen 2-metilimidazol (2-MI) y 4-metilimidazol (4-MI). La petición, originalmente entregada el 16 de febrero del 2011, expone que tanto el 2-MI como el 4-MI, son “cancerígenos en estudios con animales”.
Los estudios en animales que relacionaron al 4-MI con la generación de cáncer en ratones y ratas de laboratorio convencieron al estado de California de listar oficialmente al 4-MI como cancerígeno el 7 de enero del 2011, bajo la Propuesta 65 de California, la Ley de Agua Potable y Tóxicos de 1986. Hasta ahora no existen estudios sobre los riesgos de estos químicos en humanos.
El más reciente llamado a la acción del CSPI vino después de que el grupo de vigilancia encontró que una muestra de refrescos de cola, que incluían Coca-Cola, Coca-Cola Light, Pepsi y Pepsi Light, superaba los 29 miligramos diarios permitidos de 4-MI bajo la Proposición 65.
El CSPI también instó a la FDA a cambiar las etiquetas de “colorante de caramelo” a “colorante de caramelo químicamente modificado» o “colorante de caramelo de un proceso de amoniaco y sulfito” para evitar la confusión de los clientes.
“La mayoría de las personas, cuando ve en las etiquetas de comida el término ‘colorantes de caramelo’, puede interpretarlo literalmente y asumir que el ingrediente es similar a lo que obtienes cuando mezclas azúcar en una cacerola”, dijo el director ejecutivo del CSPI, Michael F. Jacobson, en un comunicado.
“La realidad es un tanto diferente. Los colorantes hechos de amoniaco o un proceso de amoniaco y sulfito contienen carcinógenos y no pertenecen al suministro de alimentos. En cualquiera de los casos, no deben ser ocultados con un nombre aparentemente inocuo como ‘colorantes de caramelo’”, agregaba el comunicado.
Pero la revisión de datos de la FDA y la Asociación Americana de Bebidas encontró que la causalidad entre los colorantes de caramelo y el riesgo de cáncer era insuficiente.
“El CSPI no busca más que provocar miedo, y sus afirmaciones son una barbaridad. La ciencia simplemente no ha demostrado que el 4-MI en la comida y en las bebidas sea una amenaza a la salud de los humanos”, respondió la Asociación Americana de Bebidas en un comunicado de prensa.
“De hecho, los resultados de agencias regulatorias en todo el mundo, incluidas la Dirección de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos, la Autoridad de Seguridad Alimenticia Europea y la Asociación de Salud en Canadá, consideran al colorante de caramelo seguro para usarse en comida y bebidas. El CSPI afirma fraudulentamente estar operando en el interés de salud pública, cuando está claro que su única motivación es asustar a los ciudadanos estadounidenses”, indicó.
La FDA lista al colorante de caramelo como “generalmente reconocido como seguro (GRAS, por sus siglas en inglés)”. Sin embargo, los miembros de la asociación de bebidas —incluido Coca-Cola— modificarán el colorante para poder seguir vendiendo sus productos en California sin tener que poner una etiqueta de advertencia de cáncer.
“Nuestras empresas miembros seguirán usando el colorante de caramelo en ciertos productos, como siempre. Las empresas que hacen el colorante de caramelo para las sodas de nuestros miembros están produciéndolo para que cumpla con los nuevos estándares de California”, dijo la asociación de bebidas en una declaración separada.
“Los consumidores no notarán la diferencia en nuestros productos y no tienen razones para generar preocupaciones de salud».
En el 2011, cuando el CSPI entregó la petición, el exdirector del Centro de Toxicología Molecular en la Universidad Vanderbilt y conocido toxicólogo F. Peter Guengerich dijo a ABC News: “Si observas al estudio en términos de lo que provocó en el ratón, en términos de causar algún efecto, un humano tendría que beber más de 1,000 sodas al día”, dijo.
Al día de hoy, su opinión es la misma. Guengerich dijo en una declaración esta semana: “La cantidad de 4-MI consumida en bebidas (y comida) es extremadamente baja comparada con los niveles altos a largo plazo que se le dieron a las ratas y ratones, y la extrapolación de cualquiera de los resultados de estos modelos de roedores a los humanos en este momento no es científicamente válida».
Fuente: [cnn.com]