Si hay un hacker ahí afuera leyendo esto, aprenda de la historia de Higinio O. Ochoa III. Ochoa se infiltró en los registros de oficiales de policía de Estados Unidos y publicó información personal de los mismos, entró en los sistemas y creó citas falsas en el calendario, borró las cuentas de administrador, posteó imágenes de Anonymous y otras acciones en los sitios de al menos cuatro estados.
Y luego, se burló de la policía a través de Twitter, usando la cuenta @AnonW0rmer, donde subió la foto de arriba, que terminó por condenarlo. La imagen muestra el profundo escote de una chica en un departamento, junto con un cartel donde se hace burla de la policía. Además, la imagen fue tomada con un iPhone, y en los metadatos de la misma se incluían coordenadas GPS de donde fue tomada la foto.
Acto seguido, el FBI supo entonces que la fotografía venía de una casa en Wantirna South, Melbourne, Australia. Gracias a la cuenta @AnonW0rmer, los investigadores pudieron revisar más fotos de la novia y corroborar los datos. El FBI llegó poco después a la página de Facebook de Ochoa, donde se nombraba a Kylie Gardner, una australiana, como su novia. Bastaba mirar las fotos para darse cuenta de que Kylie era la misma mujer de la foto tomada en South Wantirna.
Aunque la imagen no muestra la cara de la chica, el FBI está seguro de que es la misma mujer, lo que probaría que Ochoa es W0rmer.
No está claro cómo, pero Ochoa habría vuelto a Estados Unidos por cuenta propia y el 20 de marzo, las autoridades allanaron su casa y lo arrestaron. Fue detenido en Houston, Texas, donde pagó una fianza de USD$50.000. El 10 de abril se presentó ante la corte, donde se presentó como evidencia la fotografía.
Después de ser detenido, Ochoa dejó un mensaje en Pastebin, recordando el caso reciente de Sabu, que fue presionado para convertirse en un informante del FBI. Ochoa aseguró que “cuando abandoné mi máscara estuve completamente consciente de las consecuencias y sé bien que algún día quizás deba pagar por mi activismo. Mi vida desde ese día fue para proteger a mis compañeros activistas, no a mi, que es por lo que estoy aquí hoy y ustedes no. Me preguntaron los agentes si pensaba que otros anons capturados pensarían igual que yo, y si yo esperaba que otros no me delataran. A esto respondí ‘por supuesto que no’. Pero el problema que veo en el mundo hoy es una apatía y deseo de protegerse a uno mismo sobre los demás, algo que he tomado como una promesa personal no seguir”.