Creo que es bastante evidente que Google ha cambiado mucho y no es la misma empresa hoy que hace unos años. Servicios que se cierran, la capa social de Google+ envolviendo todos los servicios, reunificación de los términos del servicio de Google, mejor segmentación del usuario y un largo etcétera de cambios y diferencias que marcan la política de los chicos de Mountain View. Sin embargo, no a todo el mundo le han gustado estos cambios, incluyendo a empleados de la compañía; precisamente James Whittaker, un ex-empleado de Microsoft que marchó a Google y que acaba de volver a Microsoft, ha realizado unas declaraciones demoledoras contra Google (publicándolas en su blog en Microsoft) y los cambios que hecho en los últimos tiempos, guardando un especial mensaje para Google+, un producto al que acusa de arruinar la compañía.
Mis últimos tres meses de trabajo en Google fueron una auténtica desesperación. El Google que me apasionaba era una empresa tecnológica que animaba a sus empleados a innovar. El Google que dejé era una empresa de publicidad un único objetivo marcado por la dirección
Para Wittaker, su estancia de dos años en Google está marcada por un punto de inflexión materializado en Google+, la apuesta social de Google. Antes de esta red social, los empleados de la compañía contaban con recursos y tiempo para dar rienda suelta a su creatividad y trabajar en proyectos personales que podían convertirse en productos pero todo esto se fue al traste en el momento que Google decidió competir con Facebook, según comentaba Whittaker en su blog de Microsoft.
¿Competir con Facebook? Según este ex-empleado ese es el rumbo que Larry Page ha trazado en Google y, desde entonces, cualquier servicio que no esté relacionado con Google+ se terminó catalogando como una distracción:
La base del emprendimiento se desmanteló
Muchas son las voces que critican Google+ pero, entre ellas, los ex-empleados de la compañía son los que con más fuerzas arremeten contra la red social de Google. Los datos de visitas y actividad muestran que, aunque el número de usuarios es creciente (algo lógico si tenemos en cuenta que, prácticamente, es obligatorio tener usuario ahí), el tiempo medio de visita cae en picado y la apuesta social de Google podría convertirse en un pueblo fantasma.
Google era el niño rico que, tras enterarse que no había sido invitado a la fiesta, organizó la suya propia en venganza. El hecho es que, al final, nadie vino a la fiesta de Google.