La llegada de Thorsten Heins a la cúpula de RIM puso punto y final a la bicefalia de la compañía y, por tanto, al mandato de los dos co-CEOs Jim Balsillie y Mike Lazaridis que presentaron su renuncia ante la junta directiva de la compañía. La necesidad del cambio era más que evidente, con una caída en bolsa del 73% en 2011, y era urgente buscar una nueva estrategia. Según parece, Jim Balsillie no había tirado la toalla antes de su salida y había ideado un plan para relanzar la compañía: abrir los servicios BlackBerry a terminales de otros fabricantes.
Según este informe que ha publicado Reuters, Balsillie tenía en mente un radical giro para la compañía y orientarla a la provisión de servicios para terceros, aunque supusiese un detrimento de su línea de negocio de terminales. La idea era abrir los servicios BlackBerry (y su infraestructura) a terminales de terceros, algo que se comenzó a tratar en reuniones con varios operadores europeos (Telefónica, Vodafone, France Telecom y Deutsch Telekom) y estadounidenses (AT&T y Verizon) en las que se ofreció el acceso a la red de RIM para que los terminales seleccionados pudieran acceder a un plan de datos especial que permitiría el acceso, por ejemplo, a uno de los servicios estrella de RIM, BlackBerry Messenger.
Esta estrategia suponía, en gran medida, dejar a un lado la nueva apuesta de RIM por BlackBerry 10 y entregaba el Sancta sanctorum de la compañía a terceros (iOS y Android). Si bien es cierto que RIM ha lanzado Blackberry Mobile Fusion para facilitar a las empresas una herramienta centralizada para la gestión de la configuración de una planta de terminales móviles y ha incluido soporte para terminales de la competencia (tanto iOS como Android), esta visión de Balsillie era un golpe de timón extremadamente abrupto.
Si bien la idea podría haber sido del interés de las operadoras, éstas se mostraron algo reticentes al evaluar qué podía suponer el desembarco de un gran número de terminales en la red de RIM, sobre todo tras la experiencia de la caída del servicio durante el pasado mes de octubre. Por otro lado, a la junta directiva de RIM tampoco le convenció esta estrategia que chocaba con la línea que tradicionalmente la compañía estaba siguiendo, la fabricación de terminales.
La idea de Balsillie me parece bastante audaz a la vez que arriesgado para la compañía. Los servicios BlackBerry son uno de los grandes valores diferenciales de la compañía y el mejor de sus activos gracias a la seguridad de su solución y su buen funcionamiento, por tanto, haber abierto el servicio podría haberle supuesto importantes ingresos por parte de los operadores. El principal riesgo, además de la necesidad de reforzar la infraestructura, radicaba en la pérdida de importancia de la línea de terminales que, al acceder terminales de terceros, dejaría de tener la componente de exclusividad en el acceso a los servicios que actualmente manejan.
Aunque quizás nunca sepamos cómo podría haber levantado el vuelo RIM aplicando esta estrategia, de algunas declaraciones de Thorsten Heins parece deducirse que esta opción no se habría descartado del todo y seguiría aún sobre la mesa.