Investigadores de la Universidad de Cambridge descubrieron que el consumo crónico de cocaína provocaría un envejecimiento acelerado del cerebro, casi dos veces más rápido que una persona que no consume. Esto, debido a la pérdida de materia gris del cerebro, situación que normalmente es provocada por la edad.
El estudio, que fue realizado en 120 personas de la misma edad, sexo y coeficiente intelectual, 60 de ellos dependientes de la cocaína. El resultado demostró que quienes tenían un historial de uso de la droga perdieron 3,08 milímetros de volumen cerebral al año, en comparación a los 1,69 milímetros perdidos por una persona normal en el mismo periodo.
A esto se suman los cambios psicológicos y fisiológicos ligados al envejecimiento, que se acrecientan en los consumidores, y que pueden ser observados en actividades relacionadas con el autocontrol, la toma de decisiones, la capacidad atencional y la memoria.