La disfunción sexual masculina anticipa una enfermedad cardiovascular «silenciosa» y mayores riesgos de muerte prematura por cualquier causa, según un estudio que difunde este martes la Public Library of Science.
El estudio, que se llevó a cabo en Australia sobre el historial de hospitalización y las muertes de 95,000 hombres mayores de 45 años de edad, forma parte de la mayor observación continua de la salud en el envejecimiento en el hemisferio sur, y que comprende a más de 250,000 personas.
«Los riesgos de futura enfermedad cardiaca y muerte prematura aumentan de manera clara con la disfunción de erección, tanto en los hombres con un historial de enfermedad cardiovascular como en los que no lo tienen», indicó Emily Banks, directora científica del Estudio 45 y Más.
Según Banks la disfunción de erección «más que causar la enfermedad cardiaca es un síntoma o señal de un problema cardiaco subyacente y podría convertirse en un indicador que ayudará a que los médicos vean el riesgo cardiovascular».
«Éste es un asunto delicado, pero los hombres no deberían sufrirlo en silencio», añadió Banks. «Hay muchos tratamientos eficaces tanto para la disfunción de erección como para la enfermedad cardiovascular».
El estudio dirigido por Banks, quien es profesora en la Universidad Nacional de Australia, examinó el historial médico y las muertes de 95,038 hombres, de los cuales más de 65,000 no tenían un diagnóstico de enfermedad cardiovascular al comienzo del estudio y más de 29,000 sí lo tenían.
Los individuos estudiados tenían edades de 45 a 106 años, y la edad media del grupo era de 62 años.
Durante el período de 2.2 años que terminó en junio de 2010, hubo en ese grupo 7,855 casos de hospitalizaciones por enfermedad cardiovascular, y 2,304 muertes durante el seguimiento de 2.8 años que terminó en diciembre de 2010.
El artículo señala que los problemas de erección son muy comunes y ocurren en aproximadamente uno de cada cinco hombres mayores de 40 años de edad.
«Esta dificultad tiende a incrementarse con la edad, y aunque puede ser en sí un síntoma inquietante y estresante, se reconoce cada vez más como un indicador importante de problema cardiovascular», continuó.
En el estudio la disfunción sexual grave, según lo informado por los mismos individuos, afectaba al 2.2% de los hombres con edades entre 45 y 54 años; al 6.8% entre las edades de 55 y 64 años; al 20.2% entre las edades de 65 y 74 años; al 50% entre las edades de 75 a 84 años, y al 75.4% a los mayores de 85 años de edad.
Otros estudios ya habían mostrado que los hombres con un problema grave de disfunción sexual tienen más probabilidades de sufrir problemas cardiovasculares tales como un ataque cardiaco o un infarto.
El estudio australiano es el primero que revisó los datos relacionados con todos los niveles de disfunción sexual masculina desde cero, a leve, moderado y grave.
En términos generales la prevalencia de la disfunción sexual grave fue más alta entre los fumadores y los hombres con ingresos más bajos, consumos menores de alcohol, niveles más bajos de educación y los que eran solteros o viudos, en comparación con otros hombres.
La disfunción sexual masculina también fue más común entre los individuos a los que se les había diagnosticado diabetes y/o enfermedad cardiovascular, y en los que recibían tratamiento para la hipertensión o los niveles altos de colesterol.