Una reciente investigación confirma que extirpar los ovarios puede reducir drásticamente el riesgo de cáncer de ovario en las mujeres que tengan ciertas mutaciones genéticas. Y todas las mujeres pueden disminuir su riesgo de cáncer de mama perdiendo peso después de la menopausia.
En el primer estudio, un equipo de investigadores internacionales dio un seguimiento a un grupo de mujeres que tenían mutaciones en los genes BRCA1 ó BRCA2 durante un promedio de 3.5 años. Se sabe que las mujeres que tienen esas mutaciones genéticas tienen un índice mucho más alto de cánceres de mama y ovario. Algunas de las mujeres se habían hecho extirpar los ovarios como medida preventiva para reducir su riesgo de cáncer, mientras que otras no lo habían hecho. El procedimiento se conoce como ooforectomía. Los investigadores encontraron que extirpar los ovarios reducía el riesgo de cáncer de ovario en 80 por ciento.
«El riesgo de cáncer de ovario se redujo en 80 por ciento, aunque siete mujeres desarrollaron cáncer de todos modos después de que se extirparan sus ovarios, así que aún hay un riesgo del 4 por ciento de tener cáncer después de una ooforectomía», explicó uno de los autores del estudio, el Dr. Steven Narod, presidente de investigación de Canadá sobre el Cáncer de Mama y profesor de ciencias de la salud pública del Centro de Investigación sobre la Salud Femenina de Toronto.
Narod apuntó que sus investigadores habían esperado encontrar una reducción aún mayor en el riesgo, pues cuando estudiaron a las mujeres con estas mutaciones genéticas después de la extirpación profiláctica de los senos, ninguna de las mujeres había desarrollado cáncer de mama.
En el segundo estudio, los investigadores recolectaron información sobre el peso a través de la vida de más de 87,000 mujeres posmenopáusicas en el Nurses’ Health Study. Los investigadores encontraron que el aumento de peso, especialmente después de la menopausia, puede aumentar el riesgo de cáncer de mama, pero que las mujeres posmenopáusicas que pierden peso pueden reducir el riesgo de cáncer de mama.
«La buena noticia es que nunca es demasiado tarde para perder peso para reducir el riesgo de cáncer de mama, pero lo mejor es evitar aumentar de peso en primer lugar», afirmó la autora principal del estudio Heather Eliassen, instructora de medicina del Hospital Brigham and Women’s y de la Facultad de Medicina y de Salud Pública de la Harvard en Boston.
Los resultados de estos estudios aparecen en la edición de 12 de julio del Journal of the American Medical Association .
El estudio de Narod incluyó a 1,828 mujeres de Canadá, los Estados Unidos, Europa e Israel que se sabían portaban la mutación BRCA1 ó BRCA2. Antes de comenzar el estudio, 555 de las mujeres se habían extirpado sus ovarios y trompas de Falopio. A otras 490 mujeres se los extirparon durante el periodo del estudio, mientras que 783 no se sometieron al procedimiento.
Se encontraron 32 casos de cáncer de ovario en las mujeres que tenían sus ovarios intactos. Sólo a 7 de las mujeres que se sometieron al procedimiento se les diagnosticado lo que parecía ser cáncer de ovario, apuntó Narod.
Los cánceres que se desarrollaron en las mujeres que se habían extirpado los ovarios ocurrieron en el peritoneo, el revestimiento del abdomen. Narod apuntó que ese tejido es similar al tejido de los ovarios. A diferencia de los ovarios, el peritoneo no puede extirparse.
Los investigadores calcularon un riesgo acumulado de 20 años de cáncer de ovario para las mujeres que se habían extirpado los ovarios en alrededor de 4 por ciento. Sin el procedimiento, alrededor del 40 por ciento de las mujeres que tienen la mutación BRCA1 pueden esperar desarrollar cáncer de ovario. Para la mujer promedio, el índice es de alrededor de 1.4 por ciento durante su vida, dijo Narod.
El Dr. Jay Brooks, presidente de hematología y oncología del Ochsner Clinic Health System de Baton Rouge, Luisiana, apuntó que «si uno tiene una mutación en BRCA, y no se ha extirpado los ovarios y el útero, deben ser extirpados en cuanto se haya terminado de tener hijos. Es la mejor medida que se puede tomar para reducir el riesgo de cáncer de ovario y también reduce el riesgo de cáncer de mama».
En el gran grupo de mujeres que participaron en el Nurses’ Health Study, Eliassen y sus colegas descubrieron 4,393 casos de cáncer de mama invasivo. Cuando evaluaron el efecto de los cambios de peso que habían ocurrido desde que las mujeres tenían 18 años de edad, los investigadores hallaron una relación definitiva entre el peso y el riesgo de cáncer de mama.
De hecho, los investigadores concluyeron que el 15 por ciento de los casos de cáncer de mama podrían ser atribuibles a aumentos de peso de sólo 2 kilos o más desde los 18 años de edad. Dos kilos equivalen a alrededor de cuatro libras y media.
Las mujeres que aumentaron 55 libras (casi 25 kilos) o más tenían un riesgo 50 por ciento superior de desarrollar cáncer de mama que las mujeres que habían mantenido su peso. Las que habían aumentado 22 libras (casi 10 kilos) desde los 18 tenían un riesgo alrededor de 20 por ciento superior de cáncer de mama.
Sin embargo, la buena noticia del estudio es que las mujeres que perdieron 22 libras o más después de la menopausia y mantuvieron la pérdida de peso redujeron su riesgo de cáncer de mama en casi 60 por ciento.
Eliassen afirmó que después de la menopausia, la hormona estrógeno se produce principalmente en el tejido graso y, mientras más grasa se tenga, más estrógeno produce el cuerpo. Esto puede aumentar el riesgo de cáncer de mama, porque muchos cánceres de mama son propulsados por el estrógeno.
[Fuente: senosalud.org]