2011 finalizó con un sorprendente anuncio de divorcio y 2012 comienza con los trámites correspondientes y, por supuesto, con las especulaciones respecto al por qué de éste. Luego de 14 meses de relación y varias especulaciones confusas de separación como de embarazo, fue el mismo actor y presentador inglés quien se encargó de dar la mala noticia.
“Desgraciadamente, Katy y yo vamos a dejar nuestro matrimonio. Siempre la adoraré y sé que seguiremos siendo amigos”, expresó en un comunicado el viernes, luego de presentar los papeles del divorcio en el Tribunal Superior de Los Ángeles.
De acuerdo a lo publicado en Showbiz Spy habría dos motivos fundamentales que habrían erosionado a la pareja: la ajetreada agenda laboral de la vocalista y el deseo no concretado de tener un hijo.
“Ella acaba de hacer una gira de un año, ella ha conseguido un éxito increíble y no estaba dispuesta a renunciar a su carrera”, le confesó un allegado, al portal.
A pesar de que la situación parece irreconciliable, ellos se seguirían comunicando constantemente.
“Ha habido un montón de llamadas telefónicas esta semana. Katy tiene 27 años. No es demasiado joven para estar casada, pero profesionalmente está en una posición privilegiada”.
A la vez, el hecho de que la intérprete de I Kissed a Girl no haya querido tomarse un año sabático para formar una familia, habría afectado el matrimonio, dado que Russell Brand estaba deseoso de ser padre.
Tal como sucede en muchísimos casos, da la impresión de que en esta oportunidad Katy Perry prefirió optar por el éxito que por mantener viva su relación…