Al igual que los alimentos, los cosméticos tienen una serie de componentes químicos que pueden llegar a afectar nuestra salud y belleza a largo plazo. Peggy Wang, colaboradora de BuzzFeed, se encargó de hacer una interesante lista de sustancias tóxicas que entran en el torrente sanguíneo a través de la piel y que se acumulan en forma de toxinas.
Puede parecer exagerado y no es para menos: solemos pensar que si las organizaciones de salud pública permiten la circulación de dichos productos, es porque son inocuos. Sin embargo, las pruebas que validan su venta y producción se hacen con base en pequeñas dosis individuales o aplicaciones aisladas, metodología que impide ver sus efectos a largo plazo. Pero no debemos olvidar que la absorción cutánea es tan eficaz como la ingesta, de ahí que muchos medicamentos sean recomendados tanto en pomadas o ungüentos como en comprimidos. Ejemplo de ello son los parches anticonceptivos. Pero vamos a la lista.
1. Tintes. Especialmente los tintes de colores oscuros han sido relacionados con mielomas y cáncer de vejiga. Un estudio, publicado en el International Journal of Cancer, y realizado con 3.000 personas por investigadores de la Universidad de Southern California (USC) , indica que el riesgo de padecer cáncer de vejiga es el doble para las mujeres que se tiñen el cabello con tintes permanentes al menos una vez al mes durante un año que para quienes no lo utilizan. El riesgo de quienes se tiñen el pelo por lo menos una vez al mes durante 15 años o más es tres veces superior. El incremento de riesgo para los peluqueros que han trabajado durante más de 10 años es de cinco veces. (Diario El País). Por otra parte, aunque se genera cierta tolerancia a los químicos, eso no impide que se produzcan ciertas llagas o reacciones alérgicas. La recomendación más saludable es usar tintes naturales como el té o aclaradores con base de limón.
2. Alumino en sombras y delineador. Muchas marcas lo usan para aumentar la duración de este tipo de maquillaje en la piel. Sin embargo, estudios de la OMS muestran que este metal tiene una fuerte relación con el Alzheimer. El alumino se adhiere al ADN, modificando su estructura y alterando la actividad de los genes.
3. Vitamina A en el bloqueador solar. Se puede leer en las etiquetas como retinil palmitato o vitamina A palmitato. Cuando se usa esporádicamente no es dañino, sin embargo, a largo plazo y combinado con oxybenzona, puede provocar alergias, disrupción hormonal y daño celular. En forma de retinol se añade a las cremas de noche. Y por algo advierten que no debe ser usado durante el día, ya que al contacto con el sol puede provocar más daño que beneficio. Es mejor optar por bloqueadores solares que no contengan esas sustancias.
4. Esmalte de uñas. Sí, es un dato terrible para las que nos gusta traer las manos llenas de color, pero más vale saberlo. El olor y la flamabilidad de los productos son parte de su toxicidad, por eso se recomienda aplicarlos en lugares ventilados. Los esmaltes tienen ftalato de dibutilo (un disruptor endócrino), tolueno y formaldehidos (formol). La inhalación constante de estos compuestos puede provocar daño neuronal. Aunque muchas marcas grandes han disminuido las concentraciones de dichas sustancias, las más baratas no han hecho caso a las advertencias de salud.
5. Perfumes. En cada región cambian las regulaciones para etiquetar productos. Si a eso añadimos que los perfumistas quieren mantener en secreto sus ingredientes, poco o nada sabemos acerca de lo que nos rociamos. Lo cierto es que los perfumes contienen una serie de sustancias sintéticas llamadas ftalatos, que generalmente aparecen en la etiqueta como “fragancia”. Esas sustancias están asociadas con trastornos hormonales y reacciones alérgicas. Hay personas que son más sensibles a ellas, generalmente sienten migraña, náusea o un poco de asma. Es mejor recurrir a perfumes de marcas independientes que usan aceites esenciales y sustancias orgánicas.
6. Alisado permanente de keratina. Muchos productos para alaciarse o alisarse el cabello dicen ser “libres de formol” (formaldehido), pero no es del todo cierto, simplemente cumplen con la regla de no exceder el 0.2%. Aunque parece poco, cuando esa sustancia se evapora con el calor de la plancha o la secadora, puede provocar ceguera, problemas respiratorios, neurológicos y cutáneos. En los Estados Unidos, la FDA lanzó una advertencia para que la población deje de recurrir al llamado alisado “brasileño”. La sustancia que debemos evitar es el glicol de metileno, no es otra cosa más que formol mezclado con agua.
7. Ni tan “natural”. Muchas marcas, aprovechando que no hay regulaciones en el etiquetado, usan el calificativo de “natural” solamente como una estrategia de marketing. Para no irse con la finta, hay que revisar que no contengan fenoxietanol, trietanolamina (aditivo antiestático en la molienda de cemento), sulfatos o clorofenesina (ver las contraindicaciones). Estas sustancias están prohibidos en Japón, ya que provocan trastornos hormonales y daños respiratorios, además de ser depresivos del sistema neurológico y cancerígenos.
8. Maquillaje mineral. Algunos pigmentos minerales inocuos, como el óxido de hierro, usualmente vienen asociados con otros que son tóxicos, como el arsénico, el mercurio, el antimonio y el selenio. Un estudio realizado en Canadá mostró que el 90% de los maquillajes minerales contienen niquel, berilio y otros metales pesados. Aunque los niveles son “aceptables” en pruebas aisladas o individuales, cuando se usan diariamente durante muchos años, provocan una acumulación de toxinas que es riesgosa. Por ello la organización canadiense de la salud ha prohibido que las compañías los usen en sus cosméticos.
9. Antitranspirantes. Para muchos es una leyenda urbana. Para otros, un dato del que prefieren no enterarse. Pero cada vez que se hace un nuevo estudio, se reafirma el vínculo entre el uso de antitranspirantes, el cáncer de mama e incluso el Alzheimer. Estos productos de belleza contienen, entre otras sustancias tóxicas, clorhidrato de aluminio; muchos experimentos muestran que dichas sustancias producen efectos terribles en ratones, incluyendo lesiones al ovario e infertilidad. Las estadísticas en las biopsias de cáncer de mama son preocupantes, ya que la zona tumoral presenta 25 veces más aluminio en comparación con el resto de la glándula. En muchas mujeres provoca nódulos mamarios que, aunque son benignos, hacen a la mujer más propensa a desarrollar cáncer. Además, los desodorantes y antitranspirantes contienen parabenos, sustancias que imitan la acción de los estrógenos y provocan trastornos hormonales. Hay varias opciones, como usar desodorantes que no bloqueen las glándulas. También se puede recurrir al desodorante de sales cristalinas y añadir una onza de plata coloidal.
[Fuente: yahoo.com]