Al ir a la playa, muchos se empeñan en conseguir un perfecto bronceado, para lo que usan la protección solar adecuada. Otros, en cambio, se lo toman a broma y acaban con increíbles quemaduras. Un ejemplo es este hombre, que luce una carita sonriente o ‘smiley’ en su cuerpo, la única zona en la que se echó, o le echaron, crema protectora.
Parece muy gracioso dejarte la marca de una mano al tomar el sol; otra cosa es que eso sea muy estético, y de que sea saludable mejor no hablar porque cualquier dermatólogo dirá que eso es una salvajada. Eso sí, este hombre es feliz con su ocurrencia.
Este otro caso parece el típico de la persona que ha tomado el sol sin ninguna protección, un acto inconsciente que no es tan raro como parece y se ve perfectamente en las playas de todo el mundo. Esas quemaduras de primer grado seguro que tienen que dolerle cuando se acueste.
Practicar algún deporte al aire libre sin protección acaba con quemaduras como las de este joven, que luce una inmaculada ‘camiseta blanca sin mangas’, que contrasta brutalmente con el rosa de brazos, cuello y caras, los puntos donde se ha quemado. Si tu piel es como la de este chico, que tiene un blanco que jamás logrará un detergente, mejor protégela. No es divertido quemarse por mucho que él se ría, aunque tampoco conviene hacer un drama.
¿Quién le gastaría la broma a este hombre al darle crema? La cara sonriente muestra a la perfección aquella zona en la que la protección solar no toco su piel, lo que demuestra la enorme utilidad de esos productos para no quemarte cuando te expones al sol.
La creatividad de algunas personas a la hora de quemarse la piel es sorprendente, que no digna de admiración. Este chico presume de lucir el logo de Supermán en su piel. Más allá de lo mejor o peor que esté hecho, que no es fácil realizarlo al aplicarse la crema, seguramente su sonrisa desaparecerá cuando la ropa le toque la piel. Pero por ahora, ahí está, un fan del hombre de acero quemado pero feliz.
Las quemaduras de este tipo duelen sólo con mirarlas, así que no acaba de entenderse la sonrisa que luce al mostrar el contraste entre el blanco de su pecho y hombros y el rojo cangrejo de sus brazos y su cara. ¿Habrá alguna absurda apuesta de por medio? Niños y niñas, y no tan niños y niñas, quemarse no es divertido aunque algunos lo vendan como tal.
Las quemaduras de este hombre se acercan a lo que se consideran quemaduras de segundo grado. Casi se carboniza tomando el sol. No se le ve la cara y no se sabe si se ríe o no, pero por el modo en que luce su ‘trofeo’, parece que no le importa mucho. Y debería, que la piel es un bien preciado.
A este hombre que luce tatuajes no le pega nada esa cara sonriente en el cuerpo fruto de una quemadura. Alguien le debería informar de que lo suyo es un desastre estético. Pero mientras un alma caritativa le hacer recobrar la cordura, él está encantado con su cara sonriente.
Esta imagen sirve para ofrecer el contraste entre una persona bien bronceada y otra que ha cometido un crimen contra su propio cuerpo. Cuando empiece a despellejarse, paso que sigue a la quemadura solar, su pose en plan superhéroe todavía resultará menos heroica.
Fuente: Noticias.lainformacion.com