Un hombre sin hogar de 43 años, ha decidido vivir en un cementerio y así enfrentarse al mundo de los vivos en compañía de los muertos.
Bratislav Stojanovic ha pasado los últimos 15 años viviendo en una tumba abandonada en la ciudad serbia llamada Nis. Mucho antes de que tomara esa decisión, Bratislav era un obrero de la construcción, pero se quedó en la ruina por la década de 1990, cuando su país quedó atrapado por un torbellino de guerras étnicas, sanciones internacionales y la crisis económica agobiante.
Con los años, Stojanovic pasaba más tiempo en la calle que en casa. Hace dos años, la casa de la familia se incendió y se quemó hasta los cimientos, matando a su padre y lo dejó sin nada.
Nunca ha tenido un trabajo regular y las deudas que él mismo contrajo lo llevaron a la ruina. “No es un palacio, pero es más cómodo que en la calle“, asegura respecto la tumba donde vive, cuyas lápidas son tan antiguas que es imposible identificar a quienes están enterrados allí.
“Si muero por la noche, estaré en el lugar correcto“, asegura Bratislav, que recoge comida de la basura, subsiste gracias a la buena voluntad de las personas y ha renunciado al trabajo formal para su vida, explica planetacurioso.com
Cuenta que al principio tenía miedo, pero ahora le asustan más los vivos que los muertos.
Las autoridades locales de Nis han ofrecido Stojanovic un lugar en una residencia de ancianos, pero él se ha negado.