La obsesión por la cultura coreana no sólo llevó a Rhiannon Brooksbank Jones a tomar clases para aprender la lengua de ese país asiático, literalmente la llevo a someterse aun procedimiento quirúrgico en la lengua, para así poder pronunciar ciertos sonidos que se le dificultaban.
Después de 2 años tomando clases esta joven inglesa de 19 años había logrado casi amaestrar el coreano, pero había ciertos sonidos cruciales que no podía pronunciar.
Su dentista le sugirió que si se operaba el frenillo de la lengua podría pronunciar mejor las palabras con “L” en coreano. Después de someterse a una frenectomía lingual, la joven ha dominado el acento y puede hacerse pasar por una mujer coreana: su sueño.
Después de perfeccionar el acento, Rhiannon planea estudiar una maestría en Corea del Sur y hacer una carrera profesional en ese país que admira, desde que pasó su adolescencia viendo concursos y programas de noticias de la TV coreana.
En la India, el frenulum linguae es ocasionalmente cortado en un práctica de yoga llamada Kechari mudra para permitir que la lengua llegue a la cavidad nasal en prácticas espirituales. Ahora tal vez Rhiannon pueda usar su lengua extra grande para hacer yoga nasal o lamer objetos lejanos.