Un histórico palacete luso del siglo XIX es el escenario de una extravagante prueba sobre el miedo humano, un viaje que emprenden numerosos turistas por una «casa encantada» que pone a prueba su resistencia psicológica.
La figura central de esta inusitada experiencia es el miedo, que se manifestará ante situaciones dignas de algunos clásicos del séptimo arte, a medida que cada visitante escucha historias propias del lugar en el que se encuentran.
La «casa encantada» escogida es la Quinta Nova de Assunção, un palacete neoclásico con muchas historias para contar, localizado en Belas, en la región de Sintra, a unos 30 kilómetros de Lisboa.
El edificio es «el protagonista de la experiencia», contó a EFE el creador de este proyecto, Michel Semeão, de la compañía Teatro Reflexo, quien explicó que el palacete está «cargado de energía e historias relacionadas con lo paranormal».
Sus 25 estancias y «bellísimos jardines» transportan a cada visitante a un «filme de terror» del que ellos forman parte.
Les conduce por la casa un audioguía que, al mismo tiempo, les cuenta las escalofriantes historias que la quinta acumula desde 1860, fecha de su edificación.
Al entregar a cada visitante la voz que le guía «se le aisla del resto del grupo», según el creador, que destacó que «todo lo que se ve y lo que no se ve en la casa fue pensado al pormenor» para garantizar una experiencia más impactante.
La tarea de los visitantes consiste en recoger pistas a lo largo de las distintas salas para después poder encontrar la salida del palacete, el objetivo final del juego.
De acuerdo con Semeão, en la visita se juega más «con lo que no se ve que con lo que es explícito» para interferir en el ámbito psicológico e instalar el miedo «a un nivel interior y subconsciente».
Eso se consigue con un conjunto de situaciones en las que «las sombras ganan vida», pues en la casa «todo es sugestión», procurando con ese enfoque sensorial crear un «test de resistencia al miedo».
Las reacciones del público son bastante dispares, dependiendo mucho de la capacidad individual de gestionar el miedo y de las elecciones que se hagan durante su travesía.
Algunos salen de la casa «con la sensación de prueba superada», mientras otros «se quedan por el camino pero vuelven a intentarlo», asegura Semeão.
Fuente: [EFE]