Ese es el espacio de la Asamblea Nacional Constituyente. No se trata de una “salida”, ni de ¡Maduro vete ya! Y menos para salir de un gobierno: NO. Se trata de la construcción de un nuevo orden social, donde podamos reconocernos, lo cual implica valorar la opinión del otro como necesaria e importante. Haciendo un análisis retrospectivo debemos entender que la democracia que nos vendió la generación del 28 degeneró a partir de los años 80, en corrupción, cogollos, bipartidismo, clientelismo. Déficit que produjo la instalación de la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado (COPRE), cuyos resultados, luego de una amplia consulta nacional, fue, entre otras, la reducción del Estado, mecanismos contra la corrupción y acercarse a la ciudadanía; además el trabajo de las, mal defenestradas, Asociaciones de Vecinos, grupos como “queremos elegir”, ONGs y voces de individualidades, que exigían acercar el poder a la gente. La gente quería cambio y esa necesidad de cambio la encarna Hugo Chávez Frías.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, cambia el sistema político y de democracia representativa pasa a participativa y protagónica, ese es un cambio cualitativo que involucraba en la gestión pública, a través del Sistema Nacional de Planificación. Sin embargo, diversos sectores y partidos políticos satanizaron la constitución y a partir del primer paquete legislativo, que no hacía más que desarrollar los principios constitucionales, pero que afectaba interese económicos, comenzaron huelgas y miles de personas en las calles con el “Chávez vete ya”, buscando la salida del gobierno, que logra estabilizar al país. A partir del 2005, Chávez, en el Foro de Sao Paulo, comienza a trabajar el concepto del Socialismo del Siglo XXI, y propone la reforma constitucional en el 2007, negada en referéndum. Pero el gobierno comienza mediante leyes, decretos y ejecutorias a imponer el Socialismo del Siglo XX, a través del Estado Comunal, modelos que se contrapone al constitucional.
Pese a esta dicotomía constitucional parte de la ciudadanía cree en ese esquema, otros no creen y otros les parece bien algunos aspectos y otros no. El ciudadano continúa valorando la democracia, pero siente insatisfacción. Cuando el Presidente Chávez confronta al capitalismo con el socialismo, la gente entendió socialismo como colectivismo, sociabilidad, colaboración, amor, ayuda al prójimo, ayuda a los pobres. Tiene aceptación el esquema socialista mientras signifique: trabajar por la pobreza, solidaridad y colectivismo; la gente quiere una democracia con los atributos de solidaridad e igualdad.
El Estado Comunal ha pasado a ser un monstruo de mil cabezas. Las comunas se han creado en forma indiscriminada más por una orden del Presidente, que por necesidad de la forma de organización misma. El Presidente Chávez se aparta del Sistema Nacional de Planificación y a bajar recursos directamente a los Consejos Comunales y a las Comunas, con lo cual fomenta un capital político importante, siendo ahora un brazo ejecutor en tiempos de campaña y una maquinaria el día de las elecciones. Pero lo grave es que ni los consejos comunales, ni las comunas han fortalecido mecanismos de control para la ejecución de los recursos públicos. Las Contralorías Sociales no han funcionado y tampoco han desarrollado mecanismos de control interno que permitan la eficiencia y la eficacia del gasto, como indicó el Informe de Contraloría 2012, pasando a ser una fuente de corrupción importante.
Sin embargo, la democracia continúa arraigada en la cultura política del venezolano, que ha dejado un espacio importante al concepto del socialismo, pero, el socialismo no como estatización de la economía, ni eliminación de la propiedad privada, el socialismo, como que hay que salir de la pobreza resaltando los valores de la solidaridad, hermandad.
Cobra importancia ampliar el margen de acción de la democracia hacia la inclusión con énfasis en lo social; esta es una expectativa que el “chavismo” atiende; pero atiende para dominar, no para la libertad. El mapa social y político de los sectores populares, elaborado por Luis Salamanca, publicado en la revista SIC 783 de Octubre 2011. Revela que el 61,3% considera que debe haber convivencia, es decir, que se logren objetivos comunes como comunidad.
Por Carlota Salazar Calderón