«Escasez, inflación e inseguridad», por @NoelValderrama

Suscríbete a nuestro canal de Telegram "LeaNoticias" para que estés al día con toda la información sobre Venezuela y España.

profile-photo-noelvalderrama-96x96Son los más grandes problemas que agobian al venezolano. Son nuestras mayores deficiencias económicas y sociales. Problemas que deben ser resueltos por un gobierno que se niega a mirar la realidad y se aferra a su estúpida idea socialista, mientras miles de millones de dólares se han perdido  por la corrupción, decenas de miles de fincas productivas fueron invadidas y cientos de empresas del Estado quebraron.

Escasez, inflación e inseguridad. Si existe una “trilogía del mal”, es esta, la más reconocida y rechazada en el mundo. Nadie se salva ante este miserable trío. Es la clave de la sustracción de la felicidad, tranquilidad y mejor calidad de vida; por tanto, sus exponenciales crecimientos generan tantas angustias y repercusiones en el pueblo. Para el gobierno, desviar la mirada del pueblo de estos problemas hacia otros es vital, primordial, trascendental. Por eso, durante 15 años siempre hemos estado rodeados de conflictos políticos. Hablar de lo etéreo, de algo global pero a la vez intangible, siempre ha servido de excusa para desviar la atención. Lo político es y será siempre paja.

“Guerra económica”, “los raspacupos”, “imperialismo yanqui”, etc. Son parte de un rebuscado diseño, estructurado, codificado y planificado para enredar al pueblo y mostrarle que hay algo que está por encima de sus problemas, aunque no se sepa nunca de qué se trata ese problema político. De esta forma, los problemas de escasez no son culpa del gobierno sino del venezolano porque come mucho y de las amas de casa que compran demasiado. La inflación no es por el desarrollo de políticas económicas erradas sino que son el resultado del complot de un grupo de empresarios. Y la inseguridad termina siendo responsabilidad de todos y,  por tanto, el gobierno reparte su culpa.

Era importante que estos problemas fueran sentidos (y comprendidos) por toda la población. Pero más importante aún, que se reconociera al único culpable de ejecutarlas. Era trascendental que se entendiera que el sistema político impuesto por Chávez y reimpulsado por Maduro dañó el sistema económico, social y total de la nación.

Acelerar ese proceso de comprensión nos llevaría a una exigua solidaridad al momento de llamar a protestas. Se hacía necesario permitir que sindicatos, deportistas, estudiantes, educadores, médicos, etc., estuvieran de acuerdo en que la crisis económica y social era insostenible. Sólo entonces se podían exigir los cambios requeridos para dar un viraje a las demenciales políticas económicas (e ideológicas) aplicadas en los últimos 15 años.

Los miles de jóvenes que durante estas semanas han salido a las calles a protestar, siendo castigados sin clemencia por un Estado opresor e indolente, ponen en evidencia la poca comprensión democrática de quienes nos gobiernan. Pero también nos impulsa a pensar diferente, a razonar de manera más inteligente. A cambiar la forma  cómo hacemos política. Y en cómo los partidos deben llevar a cabo sus luchas, mismas que deben darse mostrando las causas de los problemas; escasez, inflación e inseguridad, esta es la verdadera crisis en Venezuela. ¡No olvidarlo nunca!

Suscríbete a nuestro canal de Telegram "LeaNoticias" para que estés al día con toda la información sobre Venezuela y España.

@NoelValderrama

Temas relacionados

Deje un comentario