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Pareciera mentira que con más de un millón de millones de dólares de ingresos en estos 15 años (poco más de $90 mil millones, cada año, en el último quinquenio), no se ha satisfecho el apetito voraz de nuestra economía, tan dependiente de sus importaciones como el cuerpo humano del oxígeno.
El socialismo llegó al país como un cáncer que invade todo el sistema inmunológico. Así, el aplastamiento de las instituciones del Estado, la destrucción de todo el aparato productivo y la esclavización de la sociedad, crearon las condiciones que hoy vivimos. Las invasiones a haciendas productivas, las expropiaciones de miles de hectáreas de campos agrícolas y pecuarios, las persecuciones a empresarios y productores y las confiscaciones de empresas, han generado esta crisis.
Al no haber producción interna y mantener un control cambiario que no otorga dólares suficientes, debemos importar con precios de mercado negro. Esto eleva el costo de los productos y, por ende, aumenta los precios. Nadie ahorra, nadie invierte y no se crean nuevos puestos de trabajo.
Pero quienes gobiernan, esos eruditos con doctorados en economía doméstica, expertos en trueque, cultivos organopónicos y gallineros verticales, filósofos de la estupidez y fieles seguidores de la mayor estafa de la humanidad (el socialismo), nos dicen que la mejor forma de crear empleos es cerrando empresas, que la mejor forma de incentivar inversiones es amenazando a inversionistas y que la mejor forma de aumentar la producción es expropiando a empresas productivas.
Quienes dirigen las políticas económicas del país no son los dirigentes de la oposición, no. Quienes las dirigen son los ministros (del gobierno) que decidieron implantar una serie de medidas que llevaron al país al borde del colapso económico. Así crearon escasez cuando se aplicaron controles de precios, obligando a empresarios a vender a pérdida sin comprender bien que la única forma de eliminar la pobreza es creando riqueza. Porque hay algo que estos “eruditos” no han entendido y es que atacar a quienes producen riqueza pretendiendo sobrevivir con quienes no la tienen, es como si estuviéramos hundidos en un charco e intentáramos salir con la ayuda de otro que se encuentra en el mismo charco, desconociendo la ayuda de quienes están fuera de él. De manera que tratar a los empresarios como enemigos, es la acción más suicida que puede realizar una nación.
Los empresarios producen riqueza con sus productos, innovaciones e ideas, porque esas invenciones crean empleos, que hacen que la gente tenga riqueza, que le servirá para comprar sus sueños, para educar a sus hijos y hasta para montar sus propias empresas.
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Cuando un gobierno persigue a los empresarios, está persiguiendo las posibilidades de riqueza de los hombres y mujeres que conforman a un país. Por eso los estudiantes reaccionan, por eso protestan y ven que entre la inseguridad, la inflación y la escasez, se les va su futuro con el gobierno adueñándose de todo y la fuerza financiera de las empresas disminuyendo cada día más.
Noél Valderrama / @NoelValderrama