La entrevista con la investigadora asociada del Centro de Inteligencia Emocional de la Universidad de Yale tiene lugar durante en un receso de la presentación del II Informe Internacional «Artes y Emociones que potencian la Creatividad», de la Fundación Botín. Menuda, tranquila, rápida al hablar, se le iluminan los ojos cuando menciona la palabra mágica, la creatividad. Desde su extensa experiencia asegura que esta no se limita a la creación artística, sino que «existe en todos los aspectos de la vida diaria: desde el momento en el que un adolescente decora su «skateboard», pasando por el impulso con el que un padre diseña una silla de ruedas para su hijo discapacitado, o el instante en el que Steve Jobs y Apple reinventan el teléfono para convertirlo en un ordenador de bolsillo».
—¿Cuál es la esencia, el objetivo de este informe, en el que han colaborado también expertos de España, Reino Unido, Brasil, Grecia, Noruega y Finlandia?
—El objetivo último es usar las artes para potenciar la creatividad y generar desarrollo y empleo. Ya en el I Informe internacional de la Creatividad de la Fundación Botín, presentado en 2013, se demostraba que una educación rica en artes aumenta en un 17,6% las posibilidades de cursar estudios superiores y de conseguir mejores trabajos, al tiempo que reduce en un 10% las probabilidades de caer en el desempleo. Por el contrario, la carencia de este tipo de educación eleva en cinco veces, a partir de los 26 años, las posibilidades de acabar siendo dependientes de ayuda o asistencia pública.
—En este segundo informe aboga por relacionar de forma urgente las artes con el sistema educativo, pero también en la vida cotidiana, en el ámbito profesional… ¿Por qué es tan importante la creatividad?
—Si, es necesario darles el lugar que se merecen en el ámbito educativo, pero también hacerlas accesibles a todo tipo de público. Debemos incidir y reforzar su función social, por los numerosos beneficios que aportan físicos, psicológicos y sociales, así como el gran potencial que tienen para desarrollar la capacidad creadora de las personas. Nos encontramos en un momento en que la imaginación, la innovación y la creatividad son factores clave para avanzar y generar riqueza económica y social.
—¿Cuál es el mayor error que comenten los centros educativos a la hora de integrar y fomentar la creatividad de sus alumnos?
—En los horarios escolares, las disciplinas centradas en el desarrollo del pensamiento lógico y en la objetividad ocupan el lugar privilegiado, pero la afectividad, la experiencia subjetiva y el crecimiento emocional están en un segundo plano, y esto es un error. El sector académico margina o trata de dirigir las realidades emocionales de niños y adolescentes. Desde el principio se nos enseña a reprimir las reacciones personales y a ejercitar la mente para que sea objetiva. Al integrar razón y emoción en los procesos de enseñanza-aprendizaje, tanto el desarrollo académico como el personal y social se incrementan. Establecer, por ejemplo, un vínculo con una obra de arte nos exige curiosidad. Concentrarnos en algo que nos interese el tiempo suficiente para que las palabras se desvanezcan. Sean cuales fueren las asociaciones que comiencen a desarrollarse, supondrán un nuevo vínculo con el poder de la imagen para despertar nuestra imaginación. La creatividad comienza con una visión, una invitación a mirarlo todo como si fuera la primera vez. Pintar, dibujar o modelar, los niños lo hacen con todo su ser: emoción y razón integradas. Sin embargo, en la mayoría de los centros educativos no se le presta atención a esta globalidad.
—¿Todo el mundo puede ser creativo?
—Definitivamente, todo el mundo nace con la capacidad de ser creativo. Todos tenemos el potencial. Quizás no para ser Einstein, Dali… pero todo el mundo es creativo de alguna manera. El grado depende de las decisiones que tomemos en nuestra vida, de las herramientas que aprendamos, del ambiente que nos rodea… y mucho de la actitud de los padres.
—¿Qué podemos hacer los padres en casa con nuestros hijos?
—Los padres disponemos de muchas ocasiones para ser creativos con nuestros hijos. Para empezar, es muy bueno que les dejemos jugar. Y jugar de un modo libre, desestructurado, mediante el cual ellos puedan expresar sus sentimientos y sus vivencias emocionales. Y también que juguemos con ellos. A veces siento que la gente tiene miedo de jugar con sus hijos. Piensan que no van a saber, o que no van a divertirse. A este tipo de padres les recomiendo fervientemente que simplemente se sienten con sus hijos, se relajen, y que vean qué tal. Se sorprenderán. También aconsejo que aprovechen estos momentos para detectar cuáles son los gustos, las preferencias, las habilidades de sus hijos. ¡Muchas veces ocurre que no son las mismas que las que tienen los padres!. Por último recomiendo que expongan a los niños a la mayor cantidad de experiencias vitales posibles. Hacer cosas que nunca se hayan hecho antes: Ir a museos, ir de camping, ir a ver animales… no importa qué actividad se realice. Lo verdaderamente importante aquí es que ellos experimenten una gran variedad de experiencias.
Artes y emociones que potencian la creatividad
El informe explica de forma detallada como la música, la literatura, las artes plásticas, el cine y el teatro y la danza son uno de los mejores instrumentos para generar emociones que nos hagan más creativos en todos los ámbitos de nuestra vida, personales, sociales, laborales, familiares… He aquí algunas de las principales conclusiones del II informe Internacional sobre Creatividad de la Fundación Botín:
1) El cine. El cine es la suma de todas las artes, el espacio natural de la imaginación y de la fantasía, elementos clave de la creatividad. Contemplar imágenes aviva el pensamiento, estimula el recuerdo, fomenta interconexiones, potencia la imaginación y la capacidad inventiva. El cine se presenta en forma de espejo sobre el que nos relacionamos, nos exploramos y reconocemos. Por esto mismo, el cine exige mirar el mundo de otra forma: la vida, los problemas, las situaciones cotidianas, la realidad y la fantasía, y también a nosotros mismos.
2) La danza. Existe una estrecha relación entre nuestra personalidad y la forma en la que nos movemos. El movimiento físico, acompañado de visualizaciones mentales, puede ayudar a mejorar la atención, la velocidad, la retentiva y el disfrute del aprendizaje, así como reducir el estrés y aumentar la satisfacción vital. La danza aporta beneficios a nivel físico, psicológico, social y cognitivo. Proporciona una vía de escape para liberar emociones, fomenta la creatividad, reduce la depresión y el insomnio y aumenta las emociones positivas, como la felicidad, la alegría, la determinación, el entusiasmo, la inspiración y la atención.
3) La música. La música tiene el potencial de modificar o gestionar un comportamiento, puede ayudar a recordar el nombre de un producto e incluso mejorar una imagen de marca. Participar en coros, orquestas y bandas de música crea vínculos, promueve la cooperación y el trabajo en equipo. Los sonidos tienen unos efectos sorprendentes sobre la frecuencia cardiaca del feto y determinados sonidos musicales pueden generar incluso modificaciones en el metabolismo de las personas.
4) La literatura. A través de la lectura, el lector puede descubrir un nuevo mundo y adentrarse en él. Leer nos ayuda a ser más empáticos, más tolerantes ante lo diferente, porque podemos ponernos en la piel de los demás y leer su mente, sin comprometer nuestras propias emociones. Las investigaciones demuestran que aquellas personas que pasan mucho tiempo leyendo son más empáticas. Leer no tiene un resultado físico. A pesar de todo y, aparte de su carácter distintivo frente a otras formas artísticas, existe el consenso de que la ficción evoca la creación de un relato. El lector utiliza sus propias experiencias de lectura, en combinación con experiencias reales de al vida cotidiana, para elaborar juicios personales que ofrecen resultados positivos.
5) Artes plásticas. Hemos nacido con el potencial de crear e interpretar imágenes. El acto creativo es un estado de entrega total que tiende un puente entre todos los aspectos del ser, conecta razón y emoción, sentimiento y pensamiento, intuición y percepción, aumentando la creatividad y el bienestar tanto a nivel social como personal.
6) El teatro. El arte dramático proporciona un marco idóneo para desarrollar habilidades sociales como la cooperación, el trabajo en equipo, el liderazgo, la capacidad de escucha y autocontrol y ayuda a crear unas condiciones afectivas apropiadas. El impacto de las pedagogías basadas basadas en el teatro queda especialmente patente en el aprendizaje de un segundo idioma y de la alfabetización en la lengua materna. El arte dramático les permite mejorar la velocidad y calidad del aprendizaje del idioma a través de procesos de imitación, repetición, gesticulación, uso de la voz y otras acciones.
Fuente [Abc.es]