El 12 de mayo se conmemora el natalicio de Florencia Nightingale, fundadora de la enfermería moderna, por lo que el mundo celebra la loable labor de aquellas mujeres (y hombres) que están al cuidado de los enfermos en los centros de salud
No siempre las enfermeras tienen el reconocimiento que su labor merece. En medio de lo representa padecer una enfermedad o soportar el dolor de una herida, los pacientes no suelen percatarse de la admirable labor que realizan estas mujeres (y hombres), que con dedicación y mística se erigen como piezas fundamentales en la recuperación de la salud.
Diariamente cumplen su jornada en hospitales y clínicas enfrentando múltiples problemas que derivan tanto de la atención directa del paciente, como de la administración y coordinación del equipo de salud.
Así como ocurre con médicos, periodistas y funcionarios policiales; la vida personal de los profesionales de la enfermería se ve constantemente afectada por los extenuantes horarios que deben cumplir. Sus turnos de trabajo casi nunca coinciden con las rutinas normales de la mayoría de las personas, por lo que realizan incontables esfuerzos para sintonizar sus actividades con las de su familia.
La profesión hace que estas mujeres se conviertan en consejeras y puentes de comunicación entre el paciente y el médico, pues ellas detectan los problemas que aquejan a este y los canalizan con el especialista, según sea el caso.
¿Profesión poco valorada?
En opinión de Blanca Daniela Valera, licenciada en enfermería tipo I que presta sus servicios en el área de emergencias del CDI “Fabricio Ojeda” de Puerto la Cruz, y quien sigue la profesión de su madre y de su hermana; la enfermería se ha ganado poco a poco el reconocimiento del equipo de salud.
“Todavía no estamos como quisiéramos, porque nos gustaría que nos reconocieran como profesionales independientes y no estar tan subordinadas a los médicos, pero definitivamente la enfermería se ha profesionalizado y estamos ganando espacios” acotó Valera.
Esta actividad ha evolucionado y especializado en la atención a los enfermos, a decir de la auxiliar en enfermería Milena Guamiche, adscrita al área de pediatría del mismo centro.
Coincide con su colega al afirmar que la enfermera requiere mayor reconocimiento, pues les gustaría que su trabajo fuera valorado como el de cualquier profesional en el área de la salud y no solo como un auxiliar.
“Sin embargo, existen muchos médicos que ya hacen caso a las enfermeras cuando les sugieren algún tratamiento, puesto que reconocen que cuentan con fundamentos científicos para ello”, agregó.
Cada vez más hombres
Así como hoy las mujeres estudian carreras que antes eran vistas como sólo para hombres, cada vez con mayor frecuencia los caballeros deciden estudiar una licenciatura en la que hasta hace algunos años solo había mujeres.
Un ejemplo es Enrique Rodríguez, egresado de la licenciatura en enfermería, quien opina que esta rama ocupa un lugar secundario en el equipo de salud, al ser considerada como simple ejecutora de las órdenes del médico. “Aún existen doctores que no toman en cuenta nuestras opiniones, porque piensan que no estamos lo suficientemente preparados”.
Los profesionales de la enfermería tratan de tener capacitación constante y eso es notorio y positivo para las autoridades de salud. Hoy en día los médicos y usuarios reconocen el nivel de conocimientos que tienen estas personas.
El Colegio de Licenciados en Enfermería demanda una mayor atención por parte de los especialistas en esta rama, y expresan que cualquier egresada u egresado de la licenciatura, con los conocimientos que adquiere, está capacitado para ofrecer sus servicios de manera independiente y no solo en un centro de salud.
[Por Yoanny Santamaría/ Estudiante USM]