Algunos celebran la improbable posibilidad de encontrar una botella con un mensaje dentro flotando en el mar o arrojada a la costa por las olas, y con casi religioso estupor la abren para conocer el misterioso contenido conducido hasta ellos por las olas.
Pero perder un teléfono celular en el océano y recuperarlo en perfecto estado funcional parece algo tanto o más extraordinario e improbable, salvo que se cuente con enorme suerte, ayuda de los elementos, una mano solidaria y una funda a prueba de agua.
Eso fue lo que le sucedió a Sam –o el usuario ehtnaerokyug en la red social Imgur– hace unos días mientras practicaba el kayak en las costas de Santa Cruz, en California. Sam cuenta que poco antes de ir de navegación en kayak compró en el portal Amazon una funda impermeable para su teléfono iPhone 6, y con ella protegiendo su dispositivo móvil se lanzó a navegar. La funda le permitía, con todo, controlar el teléfono y estuvo tomando fotos con él de sus andanzas marinas en la Bahía de Monterey hasta que, por alguna razón, Sam cayó al agua y comenzó a sentir pánico al suponer que podría ahogarse porque uno de sus pies quedó por momentos atrapado en algas marinas.
Pero no murió, logró volver al kayak y su única pérdida real fue su iPhone 6 enfundado en una carcasa a prueba de agua, que en algún momento de su frenesí cayó al océano.
Sam presumiblemente dio por perdido el aparato y al volver a la costa, según el cuenta, colocó su servicio en modo perdido con un mensaje de aviso que incluyó el teléfono de unos amigos. Pero tras una semana de espera infructuosa, en la que recurrió al app Find My iPhone para tratar de dar con él, perdió la esperanza.
Pero cerca de dos meses después, contó Sam, recibió un sorprendente mensaje: su teléfono había sido encendido, funcionaba y se encontraba, vivito y computando, en San Francisco. Alguien estaba tratando de activarlo para sí, pero después de las aclaraciones y reclamaciones de rigor, Sam y el teléfono, con todo y envoltura resistente al agua, se encontraron de nuevo.
Había sido hallado en el fondo del mar por una pareja que practicaba kayak y buceo en el lugar donde Sam temió morir atrapado entre algas marinas.
Sam entonces exaltó los poderes impermeables de esa envoltura y recomendó ampliamente su compra en Amazon, para quien quiera proteger su iPhone de las inclemencias marinas.
Luego, el sentido de hallar un mensaje en la botella presumiblemente cobró ante Sam, quizá la forma de un correo electrónico o en un post publicado en alguna aplicación de redes sociales para iOS.
Fuente: [yahoo.com.es]