Una de las definiciones que acepta la RAE sobre el término paja es una cosa de poca importancia, sin fundamento. En criollo, la expresión se usa para definir una mentira y a un mentiroso. Fulano habla pura paja, es decir, dice cosas sin fundamento, con falta de asidero en la realidad. Un buen sinónimo puede ser fatuo, persona engreída que dice cosas que están fuera de la realidad. Pues bien, el término de independencia en boca de Maduro y su camarilla es absolutamente falso, fatuo, es pura paja y explicaré brevemente el porqué de esta afirmación.
Comencemos por la efeméride histórica. El 5 de julio de 1811 se celebra la votación sobre la independencia de Venezuela y se encomienda al Diputado Juan Germán Roscio la elaboración del Acta de Independencia. La independencia establecía una nación basada en principios republicanos y federales, aboliendo la monarquía, consagrando la igualdad de los hombres, la prohibición de la censura, la libertad de expresión y superando la sumisión de la patria a ninguna potencia o nación extranjera. En Palabras de Roscio, “la independencia consiste en no depender de ninguna nación extranjera”.
Pues bien, la Venezuela grande y potencia que proclama a los cuatros vientos la propaganda oficial se encuentra en términos de su desarrollo institucional y del ejercicio de las libertades en un estadio anterior al 5 de julio. Hoy, las decisiones estratégicas de nuestro país se toman de acuerdo a los intereses cubanos o por recomendación, según Giordani, de un poderoso grupo de “izquierdistas” franceses. Los venezolanos no tenemos acceso a las decisiones de Estado y para ello basta recordar la enfermedad del finado ex presidente Chávez, cuya convalecencia en la Isla durante meses fue todo un misterio para los venezolanos.
En materia de igualdad también hemos sufrido un retroceso inconmensurable. Hoy, para acceder a un puesto en la administración pública tienes que pertenecer al partido de gobierno, es impensable que haya asesores económicos, de ingeniería, petróleo o cualquier área importante que pueda ayudar al desarrollo de la nación si piensa distinto o si a la burocracia roja le dio por tildarlo de oligarca o escuálido. Por el contrario, vemos el país invadido de chinos, brasileros, argentinos, cubanos, iraníes y dentro de poco de norcoreanos dando órdenes y quedándose con el fruto de nuestro petróleo.
En materia de censura y libertad de expresión es una grosería lo que ha hecho en 15 años el PSUV, pero que desde que arribó el Madurismo al poder se ha convertido en un auténtico exterminio a la prensa libre y al pensamiento disidente por la vía de negar el acceso al papel, eliminar concesiones, comprar medios con el dinero del desarrollo del país y mediante una legislación que obliga a los pocos medios independientes a trasmitir propaganda oficial sumado a interminables cadenas de radio y televisión.
En lo económico hemos llevado el rentismo petrolero a niveles suicidas. Hoy somos mucho más dependientes de los gobiernos extranjeros en todos los aspectos de nuestra vida. El azúcar de Brasil, la carne de Uruguay, la leche chilena o ecuatoriana, los bombillos y las casas chinas. No hay un solo rubro en el cual la “soberanía alimentaria” o productiva se concrete. Nuestro país, en manos de estos irresponsables no está en capacidad ni siquiera de garantizar la canasta básica incluidos los bienes de aseo personal, mucho menos la generación de energía eléctrica o la disposición de agua potable. La enseñanza que tendrá la sociedad venezolana es que sí es posible destruir un país en 15 años y que siempre se puede estar peor.
En el aspecto de la soberanía, es lamentable la foto del estandarte cubano ondeando en los Próceres el día que se conmemora la independencia de Venezuela. No me sorprende que el Madurismo recurra a estos extremos para mantenerse en el poder. Es obvio que ante tanto caos debe apelarse a la escuela cubana de control social y uso del miedo como política de Estado para mantener dividida y ocupada a la gente buscando comida o papel higiénico, para que no tengan tiempo de pensar en los responsables del caos.
Estoy convencido que los venezolanos terminarán sacudiéndose a Maduro y los mismos generales que hoy cantan alabanzas a los Castro, cuando el pueblo comience a expresarse, terminarán gritando por la verdadera independencia.
Nunca hubiesen pensado Juan Germán Roscio y los otros 39 diputados que votaron la independencia de Venezuela, que en nombre de Bolívar se llevaría a la nación, 200 años después, a un estado pre independentista. Por esto es muy importante seguir dando la batalla contra la propaganda en todos los espacios y usando con creatividad los medios alternativos y el poco espacio de los tradicionales. Nuestro pueblo no es pendejo y cada día asume con mayor convicción que la independencia de Maduro es pura paja loca.
Por Carlos Valero