La Fiesta de Sant Jordi arranca este año marcada por el proceso soberanista. Durante su discurso institucional con motivo de la Diada catalana, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, no ha hecho ninguna mención al referéndum independentista, pero anoche sí que realizó unas contundentes declaraciones al nuevo canal de televisión de ‘El Punt Avui’.
«No pondré fácil en España para que se pueda cargar (…) tanto la ley de consultas como el acto de convocatoria de la consulta del 9 de noviembre. Aunque los ponemos muy difícil, lo pueden llegar a hacer, pero no será por cuestiones legales, será por cuestiones estrictamente políticas».
El presidente insistió en sus argumentos para defender la validez legal de la consulta: «Yo quiero que quede muy claro, tanto en España como en Cataluña, como en Europa, como en el mundo, que si esta consulta el 9 de noviembre no se puede hacer en Cataluña, a diferencia de lo que pasará a Escocia el 18 de septiembre, es porque no hay voluntad política «.
Mas ha arrancado los actos políticos de la festividad del patrón de Cataluña con una declaración institucional en la sede del Govern marcada por el carácter festivo. A diferencia del año pasado donde su discurso tuvo claras referencias políticas, este año el presidente ha obviado la coyuntura política y ha puesto el enfásis en la cultura y en la diversidad.
De esta forma, el jefe del Ejecutivo catalán ha animado a los catalanes a ofrecer una imagen al mundo de pasión por la cultura y a proyectar el «mosaico» de una sociedad catalana «que incorpora la diversidad» y que actúa y seguirá actuando en el futuro celebrando «lo que les une».
En 2013, Mas ya utilizó este formato de declaración institucional, en la que comparó el proceso independentista con la rosa, la flor que se regala en esta festividad: «Que nos dejen tener cuidado de nuestra rosa sin más tutelas», pidió.
La declaración institucional de Mas abre así una jornada festiva en la que abundarán los actos protagonizados por políticos, empezando por la presencia en Barcelona de la vicepresidenta del Gobierno central,Soraya Sáenz de Santamaría, que se reunirá con representantes del sector editorial.
Como es tradicional, los líderes de todos los partidos visitarán las casetas que sus formaciones instalan en el centro de Barcelona, y algunos incluso firmarán sus últimos libros: como la secretaria general de ERC, Marta Rovira; el primer secretario del PSC, Pere Navarro, y el líder de C’s, Albert Rivera.
Año de la recuperación
También la plataforma Societat Civil Catalana aprovechará la Diada de Sant Jordi para hacer su presentación en sociedad con un acto por la tarde en el Teatre Victòria de Barcelona, donde darán a conocer su manifiesto y pedirán que los ciudadanos «salgan del armario» y se muestren abiertamente contrarios a la independencia.
La celebración de este Sant Jordi permitirá al sector editorial un negocio de unos 18,4 millones de euros -la cantidad facturada el pasado año- con la venta de 1,4 millones de ejemplares, según las previsiones de los libreros, que esperan que éste sea el año de la recuperación.
Según han explicado el presidente del Gremio de Llibreros de Cataluña, Antoni Daura, se espera que la jornada sea un «punto de inflexión para el inicio de la recuperación en el consumo de libros».
‘El dragón que este año debe matar Sant Jordi es la piratería’, aseguran los libreros
Se prevé conseguir este volumen de facturación en sintonía con las cifras de las últimas ediciones, que coincidieron en día laborable, salvo la de 2011, que fue la peor porque Sant Jordi cayó en lunes de Pascua, lo que castigó la venta de libros.
La cantidad de ventas en Sant Jordi no va más allá del 7%-8% anual, que aunque es pequeña, se hace en solamente 12 horas, con una logística muy complicada: «Es una fiesta de la lectura y desearíamos que en estos momentos complicados, Sant Jordi pudiera comenzar a cambiar la tendencia, ya que la macroeconomía apunta a un frenazo del descenso», afirmó.
También como indicador para afrontar esta jornada, es importante destacar que el número de lectores en Cataluña ha crecido un 3,4%los últimos cuatro años, mientras que la compra de libros ha caído un 4,3% en los últimos tres años, según un estudio.
El presidente del gremio, Daniel Fernàndez, ha reivindicado que el libro forma parte del ocio de los ciudadanos y que el índice lector aumenta, pero lo hace en soporte digital.
«El dragón que este año debe matar Sant Jordi es la piratería, que perjudica claramente a los autores y a los editores», ha dicho, y ha apuntado que el gremio afronta la jornada con esperanza tras la recuperación de las ventas la pasada navidad y con la sensación de que la compra de libros se ha estacionalizado con la crisis.
[Fuente: EFE]