La norma obtuvo una amplia mayoría de 203 votos a favor y uno en contra, mientras que diez legisladores se abstuvieron, según imágenes transmitidas por la televisión.
María Elena Chieno, titular de la comisión de Salud de la Cámara de Diputados, dijo que la ley beneficiará a las familias que durante años debieron «hipotecar sus hogares o vender sus bienes para poder tener un hijo».
Con la sanción de la ley, se garantizará el acceso de toda persona mayor de edad, cualquiera sea su orientación sexual, a las técnicas de reproducción médica de baja y alta complejidad. Estas técnicas estarán comprendidas en el Programa Médico Obligatorio (PMO), los servicios básicos que deben cubrir las prestadoras sociales sindicales y la medicina privada.
La iniciativa también contempla los casos de menores de 18 años con problemas de salud que puedan ver comprometida su capacidad de procrear en el futuro y autoriza al congelamiento de sus gametos o tejido reproductivo.
El proyecto, votado el martes en comisión tras dos años de demora en el Congreso, fue impulsado por la organización no gubernamental Sumate a dar vida, que juntó 280.500 firmas para reclamar su tratamiento.
«Esta ley sigue reivindicando a Argentina como el país que más respeta a la diversidad en Latinoamérica», dijo César Cigliutti, presidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA).
La entidad fue la que solicitó al Congreso que no se discriminara a las parejas por su orientación sexual: «Es una hermosa posibilidad que tienen nuestras parejas para formar la familia que quieren», dijo Cigliutti, en un comunicado.
Argentina aprobó en julio de 2010 la ley de matrimonio homosexual y en los dos primeros años de su vigencia unas 6.000 parejas se casaron en el país, según la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT).
Además, el año pasado, se aprobó una ley de identidad de género que autoriza a travestis y transexuales a registrar sus datos con el sexo elegido.
El senador oficialista Daniel Filmus, impulsor de la ley de Fertilización Asistida en la Cámara alta, dijo que se trata de un «proyecto de avanzada porque no exige constancia de infertilidad o estar en pareja, no discrimina por género o edad e incluye técnicas de alta complejidad».
«Actualmente entre un 10 y un 15% de parejas en Argentina no pueden acceder a estos métodos por no contar con los recursos económicos necesarios para ello», afirmó en el debate la diputada opositora Virginia Linares, del Frente Amplio Progresista (FAP, socialismo y centroizquierda).
A la flamante norma, que incluye los tratamientos realizados con asistencia médica para conseguir un embarazo, podrán agregarse nuevos procedimientos según avances científicos que sean autorizados por el ministerio de Salud.
Entre los cambios que introdujo el Senado al texto original, antes de aprobarlo en abril, está la posibilidad de que el ministerio de Salud tenga la facultad de capacitar a los profesionales y que se incluya una partida presupuestaria para realizar campañas de promoción sobre la nueva legislación.
Agencia AFP