No es ninguna novedad que Internet en Libia estaba siendo monitoreado por parte del gobierno de Gaddafi. El ex-mandatario de hecho cortó la conexión cuando las cosas comenzaron a ponerse complejas. Ahora, se conoció cómo el gobierno se las arregló para vigilar a los ciudadanos.
El Wall Street Journal se encontró con un repositorio de manuales de entrenamiento bajo el nombre de Amesys, una subsidiaria de la empresa francesa Bull SA. También hay reportes que mencionan a Narus, una empresa de tecnología dependiente de Boeing, aunque la compañía negó a través de un comunicado haber vendido o desarrollado algo en Libia.
Los manuales de Amesys, sin embargo, son reveladores. Según dice el WSJ, la compañía instaló tecnologías de inspección profunda de paquetes (deep packet inspection) para el gobierno libio, entregando sistemas de minería de datos, espionaje y censura.
Según uno de los manuales, el sistema se puede usar para “grabar, almacenar, analizar y mostrar información en tiempo real. Este sistema es capaz de monitorear un gran rango de protocolos, incluyendo correo, voz sobre IP (VoIP), correo web, chat, navegación”.
Amesys puede no haber sido la única ayudando a Gaddafi, también hay reportes de la compañía china ZTE y la sudafricana VASTech.
Así, se encontraron también archivos llenos de información sobre la actividad online de los rebeldes. Los correos encontrados son reveladores respecto a cuan observada estaba siendo la oposición a Gaddafi. Un sujeto por ejemplo dice por correo que intentará “desaparecer” y que contactará al receptor por teléfono. Se puede suponer que sabía que su e-mail podía ser leído.
Según relata la activista de Human Rights Watch, Heba Morayef a The Next Web, el monitoreo de internet era sofisticado pero al mismo tiempo rudimentario. Aunque podían atacar servidores de los rebeldes fuera del país, también dejaban que todo el mundo se enterara de que había monitoreo, intencionalmente, como medida de intimidación.
El monitoreo se extendía probablemente más allá de internet. Se dice que la empresa VASTech entregó sistemas para escuchas telefónicas de celulares, y según el WSJ, había almacenados entre 30 a 40 millones de minutos de conversaciones al mes.
Aunque no hace mucha diferencia conocer a quienes colaboraron ahora, al menos sirve para poner de relieve la responsabilidad que las empresas tienen al vender tecnologías que, aunque no son armas, pueden colaborar a situaciones de opresión y violencia.
¿Y en Venezuela? ¿Habrá o no habrá monitoreo? ¿Qué opinas?
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