El viceministro sirio de Petróleo, Abdo Husamedin, anunció su dimisión, convirtiéndose en el más alto responsable en sumarse a la oposición, casi un año después del inicio de la rebelión contra el régimen de Bashar al Asad.
"Yo, el ingeniero Abdo Husamedin, viceministro del Petróleo (…) anuncio mi dimisión (…) me uno a la revolución del pueblo que rechaza la injusticia y la campaña brutal del régimen", declaró Husamedin en un mensaje de vídeo subido al portal YouTube.
El exministro, que por su seguridad pasó a la clandestinidad, llamó a los otros miembros del Gobierno sirio a abandonar "un barco que se hunde", diciendo no querer terminar su vida "al servicio de un régimen criminal".
Se trata del primer responsable gubernamental que dimite desde el comienzo de la revuelta contra el régimende Al Asad, a mediados de marzo de 2011.
Burhan Ghalioun, jefe del Consejo Nacional Sirio (CNS, principal instancia de la oposición), saludó esta defección, llamando a los miembros del Gobierno y a los funcionarios a seguir su ejemplo.
En su mensaje, Husamedin acusa a Rusia y a China de ser "cómplices de los asesinatos" en Siria. Rusia, que entrega armas a Damasco, y China han bloqueado en dos ocasiones las resoluciones de la ONU condenando la represión en Siria.
La responsable de las operaciones humanitarias de la ONU, Valerie Amos, continuaba este jueves una visita en el país para tratar de obtener de Damasco un acceso sin obstáculos para la ayuda humanitaria para los civiles. Amos pudo entrar brevemente el miércoles a Homs (centro), al barrio de Baba Amr, símbolo de la revuelta hasta que fue tomado por las fuerzas gubernamentales el 1 de marzo.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) indicó que había podido entrar con ella un equipo de la Media Luna Roja siria. La zona estaba "totalmente arrasada" y vaciada de todos sus habitantes después de un mes de intensos bombardeos con artillería pesada, según la ONU.
Amos permanecerá hasta el viernes en Siria y el régimen le aseguró su cooperación, pero el miércoles no pudo acceder a algunos barrios de Homs donde aún se escuchaban explosiones de cohetes y tiros de armas automáticas.
Este jueves comenzó en Ginebra una reunión de coordinación de la ayuda humanitaria internacional para Siria, con el fin de evaluar las necesidades actuales y las posibilidades de acceso.
El emisario de la ONU y de la Liga Árabe para Siria, Kofi Annan, esperado el sábado en Damasco, llamó a la oposición a "venir a trabajar" con él, estimando que "la solución última" reside en un acuerdo político.
El secretario estadounidense de Defensa, Leon Panetta, se había pronunciado el miércoles a favor de la prudencia diplomática frente a la represión en Siria, y había señalado que la administración se concentraba en enfoques diplomáticos y políticos en lugar de una intervención militar.
En el terreno, al menos cuatro personas murieron este jueves, según el opositor Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), con sede en Reino Unido.
Por otra parte, dos explosiones se produjeron el jueves en dos edificios de las fuerzas de seguridad en la ciudad de Aazaz, en la provincia de Alepo (norte) que fue duramente bombardeada el miércoles por el Ejército regular, según el OSDH y un militante local que evocó "represalias" del Ejército Sirio Libre (ESL).
Según el OSDH, desde el comienzo de la revuelta la violencia ha dejado unos 8.500 muertos, en su mayoría civiles.
Con motivo del 49º aniversario de la revolución del 8 de marzo de 1963 , que llevó al poder al partido Baaz, la comandancia nacional de ese partido advirtió contra un "complot extranjero" de países árabes y occidentales que "instrumentalizaron el levantamiento popular pacífico".