Para muchos la modernidad arrancó con el primer ordenador portátil, pero para los amantes de la ciencia ficción y las historietas, Mazinger Z fue el propulsor de un mundo más ágil y futurista, ese que veíamos lejano y en la actualidad cada vez está más adelantado. La obra maestra japonés del “manga y el anime”, es sin duda una reliquia del universo “pop” de todos los tiempos y un ícono de la liberación de las masas en la década de los sesenta.
Su historia
Mazinger Z, piloteado por el profesor Kobuto Koji, y guiado por científicos que luchaban contras las fuerzas del mal de Doctor Hell en la tierra, nació en Japón, un país reinventado tras la explosión de la bomba atómica en Hiroshima en 1945, que trajo consigo una nueva sociedad tecnológica y visionaria. Para el año 1962, Kshioshi Nagai, mejor conocido como Go Nagai, presentaba su prototipo recreado en una historieta de un robot gigante controlado por personas a bordo, que fuese inspirado por dos famosas mangas, pasadas luego a animes: “Gigantor” de Mitsuteru Yokoyama en 1956, y que es conocida en México como Ironman 28, y Astroboy de Osamu Tezuka en 1951, llevada a la pantalla chica en 1963.
En esas series los robots eran tripulados a control remoto, lo que hizo que Go Nagai diseñara un nuevo modelo más avanzado que fuese manejado desde su interior, con un tamaño jamás visto, y esto tras una sensación que tuvo, según relatan las fuentes más cercanas, después de verse atrapado en un atasco de tráfico, donde imaginó una máquina que pudiese transformarse con brazos y piernas para escaparse de todos los autos. Antes Nagai ya había probado con otra “manga” que llamó “Getter Robot”, pero no le gustó del todo.
Nagai pensó que su robot podía ser accedido a través de un sistema inteligente deslizado por una motocicleta, pero ésta idea fue desechada tras la popularidad en el país nipón de su propia serie Kamen Rider (Kekko Kamen) donde se usaba una moto; fue entonces cuando decidió que dicho proceso se haría por un deslizador. Al principio concibió su manga con el nombre de “Energer Z”, pero tras cambiar la arquitectura del robot, conjugó dos términos en los que él decía podía usarse: para el bien o el mal; por ello tomó la raíz fonética japonesa “Ma” que significa demonio, con “Jin” que hace alusión a Dios, uniéndola a la sílaba final del nombre Energer; así que Mazinger Z puede ser un aliado o un feroz destructor. Para la cabeza del robot, Go Nagai utilizó la misma base de acoplamiento de su manga “El caballero del Demonio de Dante”.
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¿Qué causó Mazinger Z después?
La manga convertida en anime por la televisión nipona en 1972 contó con 92 episodios hasta 1974, siendo entre septiembre de 1973 y marzo del último año sus mayores registros de rating; el capítulo 68 fue declarado como el más visto, alcanzando el 30,4% de share. Mazinger Z ha sido una de las series más vistas de todos los tiempos. Su término se dio con la casi destrucción del robot por sus nuevos enemigos, lo que devino en una reinvención del prototipo, al que Nagai llamó Gran Mazinger. Los apasionados del género establecen que dentro de la cultura del anime en Japón existe la concepción de la muerte y el renacimiento con mayores poderes y una gran fuerza.
Durante estos años, Mazinger Z fue juntado con otras creaciones de Go Nagai como Grendizer, y varios programas realizaron películas adaptadas donde Mazinger Z luchaba por combatir el mal, estos son los casos de: Mazinger Z Vs. Devilman, y Mazinger Z Vs. The Great General of Darkness.
En los ochenta, una empresa de competencia intentó copiar el esquema de Mazinger Z para crear un prototipo semejante, pero la compañía de Nagai luchó por los derechos del robot, ganando el espectro y bloqueando su ilegal utilización. Después de treinta años, en el 2002, Nagai Dynamic estrenó una secuela de Mazinger Z, llamándolo “Mazinkaiser”, que fue continuado por un largometraje que se nombró “Mazinkaiser: Deathmatch! Ankoku Daishogun”.
Más allá del robot
Mazinger Z se ha convertido en el referente de la cultura manga y anime contemporánea; su importancia ha concebido toda una matriz dentro de los videojuegos y una marca de suma relevancia para juventudes durante más de cuatro generaciones ya. Y aún su significado cobra relevancia cuando muchas empresas tecnológicas usan su estampa para estrenar o relanzar algún producto; o jugueterías que se han inspirado para la generación de robots, como el caso de Transformers, que luego Hollywood llevaría a la pantalla grande, siendo un éxito de taquilla.
El robot cuenta con varias plazas en su nombre alrededor del mundo, por ejemplo, en la ciudad española de Tarragona. En Europa la euforia por Mazinger Z fue increíble, y todavía genera dividendos.
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Redacción LeaNoticias.com