El 12 de febrero fue un día inédito para la historia de nuestro país. Además de haber realizado las primarias con mayor participación per capita del mundo, vimos como una nación entera salió sin miedo de sus casas, se humedeció el meñique con tinta endeleble y le dijo con su actitud al gobierno nacional que “aquí hay un pueblo decidido, con honor que no se cala más atropellos y amenazas”.
Desde estas líneas escasas en especio, pero profundas en sentimiento, como un ciudadano más de esta nación quisiera agradecerle a todos mis compatriotas, a todos los venezolanos que salieron a votar en las primarias, por su valentía, por su arrojo, por su amor hacia la patria. Gracias a ustedes todos presenciamos en la mañana del 13 de febrero el nacimiento de una nueva etapa para el país.
Observar las colas que se produjeron en las primarias de la oposición, palpar la forma cívica que los venezolanos asumieron su rol y lo cumplieron, hincha a cualquiera de orgullo nacional. Somos demócratas y el pasad 12 de febrero lo demostramos de la mejor forma que se puede hacer: votando.
El chavismo cabizbajo busca por doquier argumentos vacíos, excusas en oferta, expresiones que le den algo de aliento, porque la misma cantidad de la alegría que nos embarga a nosotros por el nivel de votación, en esta misma proporción el miedo cunde en los corazones de quienes pretendían mantener a los venezolanos engañados y manipulados, pero al certificar que el pueblo abrió los ojos, entraron en pánico.
Es grosero ver a Mario Silva, después de haber defendido en miles de ocasiones al Consejo Nacional Electoral, insinuar que este ente, (por demás controlado en su mayoría por afectos boinas rojas), asegurando que la institución se cuadró con la Mesa de la Unidad Democrática para abultar los resultados, simples manifestaciones de quien no encuentra, luego de más de 3.059.024 papeletas electorales, como ganar puntos con un jefe que se debe encontrar atrapado por los temores de una eventual derrota el 7 de octubre, acosado presuntamente por su enfermedad y desgastado por más de una década de engaños y frustraciones que encabezó con el más claro desparpajo.
No hay forma y el chavismo lo sabe de minimizar el impacto de un amanecer de 3.059.024 destellos que iluminaron el camino de la patria. El oficialismo está en franca retirada, mientras que la alternativa democrática a penas inicia su ofensiva por Venezuela, por el futuro.
Esos 3.059.024 personas que votaron el 12-F son los responsables de llevar el próximo 7-O a votar a otros venezolano. Prepárense Gobierno que como diría el ex presidente Luis Herrera Campins “a comprar alpargata que lo viene es joropo”.
[Fuente: José Dionisio Solórzano / @jdsolorzano]