Publicar puntos de vista sobre distintos temas en las redes sociales gratifica al cerebro de la misma manera que la comida y el sexo, concluyó un estudio publicado en Estados Unidos.
Hablar de uno mismo genera una secreción de dopamina, un químico vinculado a los sentimientos de placer o la anticipación de una recompensa, dice el estudio realizado por dos neurólogos y publicado en la edición del 7 de mayo de las Actas la Academia Nacional de Ciencia de Estados Unidos (PNAS, por sus siglas en inglés).
Los investigadores dijeron que la mayoría de la gente dedica de 30% a 40% de su discurso a «informar a otros de sus propias experiencias subjetivas», pero en los medios sociales este porcentaje llega al 80%.
«La gente hace confidencias tan voluntariamente porque hablar de uno mismo es en sí mismo un acto con un determinado valor, como lo son las actividades que generan una recompensa inmediata, como comer o hacer el amor», explicaron los investigadores.
El estudio, que no citó específicamente a Facebook, se centró en la respuesta del cerebro de las personas a «la oportunidad de comunicar sus pensamientos y sentimientos a los demás.»
«En la medida en que los seres humanos están motivados para revelar lo que piensan, la oportunidad de dar a conocer lo que se piensa se vive como una potente forma de recompensa subjetiva», escribieron Diana Tamir y Jason Mitchell, del laboratorio de neurociencia de la Universidad de Harvard, Massachussets (noreste).
Según los investigadores, el estudio sustenta la idea de que los seres humanos, al igual que algunos otros primates, dejarán de lado algunas recompensas por obtener una fuerte respuesta cerebral.
El estudio dio a los participantes una recompensa en efectivo por responder algunas cuestiones factuales sobre cosas que observaban, y una recompensa menor por ofrecer sus propios puntos de vista sobre un tema.
En muchos casos, los participantes eligieron una recompensa menor con tal de poder hablar de sí mismos.
«Así como los monos están dispuestos a renunciar a recompensas para ver a sus compañeros de grupo dominantes y los estudiantes universitarios están dispuestos a pagar para ver a miembros atractivos del sexo opuesto, los participantes en el estudio estaban dispuestos a renunciar al dinero para hablar de sí mismos», señalaron los científicos.